Los secretos del Leicester: el equipo que revoluciona la Premier League
Por mucho que la élite de la Liga Inglesa se resista, el rebelde Leicester sigue encaramado a los más alto de la tabla de la Premier. Son la sensación de Inglaterra y del fútbol europeo. Pero, ¿es este equipo la prueba viva de un conjunto con un presupuesto más modesto que puede luchar contras los grandes? ¿Cuál es el secreto detrás de este ‘humilde’ club que se le está indigestando a los todopoderosos?
Remontémonos a hace siete años, a la temporada 2008-09. El Leicester por primera vez en su historia había caído a la League One inglesa (equivalente a la 2ªB de España). Por entonces el único objetivo de este histórico pero modesto club -apenas cuenta con tres Copas Inglesas en su haber-, era salvar el descenso y mirar con anhelo mejores tiempos pasados. No tardó mucho. Al año siguiente subía a la League Championship (equivalente a la 2ª española). Pero aún quedaba un largo camino para volver a codearse con la élite.
Necesitaban un salto de nivel, tanto en lo económico como en lo deportivo. Esa inyección llegó con Vichai Raksriaksorn, magnate tailandés propietario del consorcio King Power International -imperio de las tiendas aeroportuarias libres de impuestos- que adquirió el club en agosto de 2010 por poco más de 30 millones de euros. Desde su llegada, una promesa: poner al Leicester entre los grandes.
Los años en el pozo, del fairplay financiero y el anhelado regreso
Sus primeros deseos no tardaron en llegar. Remodeló y cambió el nombre al estadio -King Power- y acudió a Sven Göran Eriksson para guiar al equipo otra vez a lo más alto. El entrenador sueco no estuvo a la altura de sus expectativas. Tras poco más de un año sin grandes resultados, fue cesado. En su lugar volvió a echar mano de Nigel Pearson, quien ya había ascendido al equipo a la segunda categoría. Tuvieron que esperar otros tres años en los que llegaron a desperdiciar dos intentos de ascenso en las eliminatorias. Pero de la mano de Pearson, en 2014, los ‘zorros’ consiguieron el tan anhelado regreso a la Pemier marcando récord de puntos en el campeonato (102).
“Cuando compramos al Leicester City hace cuatro años, mucha gente me preguntó por qué no compramos un club de la Premier y mi respuesta fue que eso no representaba un reto para mí. Comprar un equipo del Championship era más difícil. Mi objetivo era llevarlos a la Premier League y ahora estamos aquí”, declaró Vichai durante los festejos.
No fue fácil para el magnate tailandés lograr la hazaña. La inversión realizada en los primeros años, en torno a los 70 millones -puestos de los bolsillos de su empresa internacional-, lo llevó al borde del fair-play financiero. Para salvarlo, Vichai tenía reservado un gran truco. Acudió a una estrategia financiera a la que se acogen varias empresas con problemas económicos. Emitió artificialmente 103 millones de acciones por valor de una libra canjeándolas por la deuda. El comprador de esas acciones no fue otro que el mismo consorcio King Power de la que es dueño. Así logró sanear el club y evitar el fair play financiero. Pero esta operación también lo obligó por lo tanto a comprometer y ligar el futuro de su empresa, poseedora del imperio de dutyfrees tailandeses, con el del club británico.
Regreso con los grandes
“Se necesitará una gran cantidad de dinero para llegar a los primeros puestos, posiblemente unos 200 millones de euros. Eso no nos desanima, solamente pido tres años y estaremos ahí”, afirmó Vichai recién ascendido a la Premier.
En su primer año en la élite los zorros se reforzaron con jugadores de calidad como Cambiasso, Ulloa, Nick Powell o Kramaric. Dos de los pilares del actual conjunto revolución, Albrighton y Mahrez, también llegaron en este mercado. En total unos 25 millones de euros invertidos, muy lejos todavía de las mastodónticas inversiones de los grandes.
Los resultados no fueron los esperados. El Leicester vivió en el filo del descenso durante toda la temporada. Pero finalmente lograron la permanencia con una brillante racha de seis victorias en los últimos siete partidos. El Leicester seguía entre los grandes.
El año de la revolución
Para el nuevo año Vichai busco un nuevo cambio de tuerca. Destituyó a Nigel Pearson y trajo en su lujar a Claudio Ranieri. Para acompañar su andadura, el magante tailandés invirtió unos 30 millones de euros en fichajes. Los Fuchs, Inler, Kanté, Huth, Okazaki y Dyer llegaron con la misión de dar el salto de calidad que necesitaba el equipo. Un salto que nadie esperaba se convirtiese en la revolución que hoy en día atenaza la Premier.
El veterano técnico italiano ha encajado las piezas para conformar un equipo brioso que hasta el momento lidera la liga británica en solitario y tan solo cuenta con dos derrotas. Dos son los pilares sobre los que se sostiene: Vardy y Mahrez. La pareja de goleadores que ha irrumpido en los altares del fútbol inglés. Entre los dos han anotado 29 de los 42 goles del equipo (16 y 13). El primero es el ejemplo de la explosión tardía. Delantero de 28 años, que lidera la tabla de goleadores. Hace cinco años deambulaba por la séptima división inglesa, siendo el fútbol un hobby que compaginaba con sus labores en una fábrica. Hoy es el jugador de moda en las Islas. Los anunciantes se lo rifan. Delantero al puro estilo inglés. Ya ha debutado con la absoluta. Es un trabajador incansable y astuto en la búsqueda constante de oportunidades. Con su racha de 11 partidos consecutivos anotando logró batir la marca de todo un Van Nistelrooy. El Leicester lo compró por 1,5 millones. Hoy su valor, según la prensa inglesa, ronda los 30 millones.
Mahrez pone la magia y la elegancia. El italiano ha encontrado el hueco perfecto para el argelino. Desde la banda derecha, a pierna cambiada, es el complemento perfecto de Vardy y surte constantemente de juego al equipo. Sus siete asistencias así lo confirman.
Sin embargo, el Leicester no es un ejemplo de equilibrio. Se podría decir que el conjunto encarna en sus movimientos en el campo ese papel revolucionario que irradia en la prensa. Dinámico y anárquico en todos sus aspectos. Capaz de golear y de encajar también con facilidad. Su fuerte está en el contragolpe. Drinkwater y Albrighton son los conductores perfectos de ese fútbol vertiginoso. Mientras que Kanté e Inler ejercen de destructores. En la retaguardia está un tal Kasper Schmeichel, hijo del mítico portero danés del United. Por delante, la pareja de centrales Huth-Morgan. Dos veteranos que están viviendo su segunda juventud. Claves también en el mejor desempeño defensivo que está sosteniendo al equipo en estos últimos encuentros en los que Mahrez y Vardy se les ha apagado un poco la pólvora.
El tiempo dirá si este Leicester, con su fútbol anárquico y rebelde, puede aguantar la carrera con los grandes de la Premier. De momento el imperio de los dutyfree tailandeses ha logrado romper con lo establecido. Y con un presupuesto más ‘modesto’ que el de las titánicas inversiones de los petrodólares de jeques, rusos y americanos, ha llegado a los puestos más altos de la tabla. ¿Hasta cuándo durará el cuento de Cenicienta?
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