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Su cambio de sistema a defensa de tres da alas al equipo azulgrana

Koeman reinventa el Barça

El nuevo sistema del Barça que ideó Koeman ha llevado al equipo a varios jugadores a aumentar su rendimiento mejorando al colectivo

El recital del Barcelona en Anoeta fue una demostración de lo mucho que ha mejorado el equipo de Ronald Koeman en los últimos meses, sobre todo desde que cambiara definitivamente su once y pasara a jugar con tres centrales, carrileros profundos y un Ousmane Dembélé que pasa a ser más delantero que extremo. Estos son los fundamentos principales que han llevado al cuadro culé a una notable mejoría en su juego, en su seguridad y los resultados que ahora mismo le colocan como un claro y decidido favorito a la consecución del título liguero.

El 3-4-1-2 ha revolucionado al Barça. Koeman decidió reinventarse y arriesgar con un nuevo esquema con el que principalmente buscaba salvaguardarse defensivamente con tres centrales y una línea de cinco atrás en el juego posicional del rival. Era su premisa inicial, limitar los espacios y los errores individuales que tantos goles y puntos les había costado al equipo. Lo que el holandés no sabía a ciencia cierta era la efectividad en cuanto a ocasiones y goles que obtendría el equipo, que ha ganado en porcentajes de remates por cada gol, en posesión y en pases con éxito.

El Barça ahora es más seguro y eficaz. Esto lo ha logrado desde el colectivo pero gracias a una mejora y potenciación del individuo. A título particular, Koeman ha logrado sacar lo mejor de jugadores que parecían perdidos, en su ocaso o el ostracismo del banquillo. Sin dudas, el jugador más beneficiado de este nuevo sistema de juego es Dembélé. El francés ha ganado una nueva dimensión en el equipo a raíz de su cambio de posición, de extremo a delantero, olvidándose cada vez más de la banda y centrándose en los defensas y los huecos que es capaz de generar a sus espaldas gracias a su velocidad.

Pero Dembélé no es el único que ha visto potenciado su juego, aunque éste sí es cierto que antes ya marcaba diferencias. Sí hay otros dos casos de jugadores que han disparado su rendimiento desde el cambio de sistema con dos nuevas posiciones con las que salen beneficiados. Son tanto Sergiño Dest como Óscar Mingueza. Dos de los más jóvenes del actual once titular del Barça han encontrado su clímax con el 3-4-1-2 de Koeman.

El lateral americano estaba siendo muy discutido en su anterior posición de lateral, en la que debía abarcar más campo y estar más atento sus marcas en defensa. Como carrilero parte de una posición más adelantada y siempre tiene a un jugador que le hace la cobertura, o bien Mingueza o Busquets. Además, como quedó demostrado ante la Real Sociedad, tiene la oportunidad de pisar el área y aparecer en zonas donde su velocidad y descaro pueden dañar a los rivales.

Un entrenador con recursos

En el caso del canterano culé, su posición queda menos expuesta en la zaga como tercer central. Además, su velocidad asociada a su juventud le permiten cubrir bien el carril que deja libre Dest. Con metros, por físico, Mingueza brilla más que por su condición táctica. Ya reconoció Koeman en algunas ocasión que debe mejorar su posicionamiento, cómo coloca el cuerpo ante según qué rival. Con tres centrales siempre tendrá otro compañero a pocos metros que cubra algún error, limitando las consecuencias de sus errores.

Dos veteranos, jugadores en su ocaso, están alcanzando también un pico de rendimiento en este momento de la temporada importante. Son los casos de Jordi Alba y Busquets. El lateral, ahora carrilero, se está convirtiendo en un arma ofensiva que genera mucho más para el equipo que años anteriores. Su sociedad con Messi sigue intacta, así como su facilidad para el desmarque y sus continuas asistencias. Busquets también ve mejorado su juego en el doble pivote, ya sea con De Jong o Pedri, otros dos jugadores que solo por su talento, ven mantener su buen nivel con el nuevo rol.