Los juguetes abandonados de Piqué en el deporte
El ex futbolista español ahora está más centrado que nunca en su proyecto de la Kings League
Gerard Piqué dejó el fútbol en noviembre de 2022, pero desde antes de su retirada ya era considerado como un hombre de negocios. En 2018 adquirió a través Kosmos los derechos de la Copa Davis durante 25 años, pero se vio obligado a abandonarla por las pérdidas millonarias sufridas entre 2020 y 2021. Por otro lado adquirió el Andorra, también en 2018, cuando se encontraba en categoría no profesional con el objetivo de llevarlo a Primera División. Este fin de semana se consumó su segundo fracaso empresarial con el descenso del equipo a la tercera categoría del fútbol español.
Y es que la Copa Davis era la joya de la corona de las inversiones de Gerard Piqué. El ex futbolista del Barcelona tenía como objetivo revolucionar la competición de naciones en el tenis. A través de Kosmos Global Tennis quiso apostar por un formato con una fase final, en una única sede donde se daban cita los clasificados. Pero desde el primer momento recibió las críticas de algunas de las voces más autorizadas de este deporte.
En primer lugar, la idea contó también con muchos adeptos, pues en los últimos años la Copa Davis estaba perdiendo interés. Pero la realidad es que, con el paso de los años, la empresa Kosmos Global Tennis sufrió las mayores pérdidas económicas de su historia. En 2020 fueron 10 los millones de euros que sufrió en pérdidas, mientras que en 2022 fue de 16,2 millones.
Piqué se dio cuenta de la inviabilidad
Por ejemplo, en su peor año, que fue en 2021, la final de la Copa Davis se celebró en la Caja Mágica, lugar donde se celebra el Mutua Madrid Open cada año. Aquella edición, todavía marcada por las restricciones por el COVID-19 contó con unos ingresos de 32,2 millones de euros. Esa cifra podría entenderse como un buen resultado. Pero claro, fue muy inferior a los gastos de explotación, que llegaron hasta los 44 millones. Esos gastos se dividieron en dos: casi 22 millones de euros se destinaron al alquiler del pabellón y al pago del canon a la Federación Internacional de Tenis. Y en segundo lugar a los premios a los jugadores, cuya cantidad ascendió hasta los 19 millones de euros, aproximadamente.
Gerard Piqué vio como la Copa Davis no le estaba siendo rentable. Como decimos, en 2018 firmó a través de Kosmos Tennis, la filial de Kosmos Global Holding, la explotación de 25 años de la Copa Davis. Pero en menos de cinco tuvo que abandonar su proyecto personal para dedicarlo a otros asuntos, como la Kings League.
El fracaso del Andorra
El objetivo de Piqué -nunca lo ocultó, al contrario, hizo ostentación de ello- era llevar al Andorra «a la Champions». Era muy difícil, tenía que subir a Primera y después quedar entre los cuatro primeros, pero él mismo alimentó su alucinación. «La gente que me conoce sabe que soy muy ambicioso y, os vais a reír, pero siempre digo que sonará el himno de la Champions en Andorra», comentó Piqué en abril de 2019. En aquella fecha el Andorra estaba todavía en Primera Catalana -fútbol regional-, pero ya avanzó que iría colocando piedras para que fuera ascendiendo el club que compró.
Más que piedras puso dinero y cuando el ex futbolista expresaba que «nos dejaremos la piel» para llevar al Andorra a Champions en realidad era dejarse el dinero. Pasaron del fútbol regional a la extinta Segunda B -tercer nivel del fútbol español por entonces- a base de talonario, pagando 452.022 euros y haciéndose con la plaza que dejó el Reus. Después sí subieron a Segunda en el terreno de juego y allí se han mantenido dos años. Lo que era un proyecto de ir a Champions (y por tanto primero subir a Primera) acaba con un retroceso, con un cambio de categoría para abajo.
El Andorra es otro juguete más de los que el Gerard Piqué empresario ha ido teniendo, especialmente en el deporte. Es además llamativo cómo ve el ex futbolista este proyecto futbolístico en Andorra. El día que se jugaba la salvación en Oviedo -el pasado domingo-, Piqué no estuvo en el palco ni hizo acto de presencia. Dejó al equipo solo y él prefirió irse a México a la expansión americana de su Kings League. Sin embargo, sí que estuvo Piqué cuando el Andorra jugó en el estadio del Espanyol. En ese duelo se metió en el palco de su eterno rival y sí hizo de representante legítimo del Andorra. Cuando su equipo peleaba por el descenso, no hizo acto de presencia.
Así, y con estas decisiones totalmente lícitas, Gerard Piqué demuestra ver en el Andorra, como hizo ya con la Copa Davis, un juguete más, un pasatiempo con el que ver si los negocios salen bien. El ex jugador del Barça quita al Andorra y su afición ese componente futbolístico de sentimiento y de pasión y les muestra que para él, propietario a través de la empresa Kosmos del club del Principado, el Andorra es un juguete más, otro más en el deporte.
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