Así es Carlos Ulloa, el médico que quería forzar a James


En el Real Madrid tienen un enfado tremendo con la decisión de forzar a James para el segundo partido de las eliminatorias para el Mundial 2018 contra Uruguay. No entienden que la estrella blanca, cuando más cerca estaba de volver por los caminos que le exigen, pueda tirar todo el progreso del último mes por la borda por participar en dicho encuentro con su selección. En el club blanco ya le han puesto cara al enemigo y no es otro que el médico de la selección de Colombia, Carlos Ulloa. El mismo que en el partido amistoso contra Perú se refirió a la lesión de James como “unas molestias sin gravedad”, que terminaron por apartarlo dos meses de las canchas.
No es la primera ni la última decisión polémica del galeno colombiano. También con James, en la pasada Copa Centenario, forzó su lesión del hombro para que jugara el decisivo encuentro de semifinales contra Chile. La estrella cafetera fue una sombra en el duelo, confirmando que no estaba en buenas condiciones para disputar el partido. En el Madrid tampoco gustó que el cuerpo médico fuera tan opaco a la hora de explicar su tratamiento. Nunca se aclaró si se escogería la vía del quirófano o el tratamiento más suave. Más preocupante aún con una lesión que ya venía lastrando James del partido de Champions contra la Roma en el que le salió el hombro, y a la que nunca se le dio la importancia necesaria.
Ulloa es un médico muy reputado en su país. El que hace y deshace en todas las cuestiones médicas de la selección, con un poder que incluso relegaría al de Mourinho en sus equipos. Pero las malas lenguas hablan de que ha llegado a esa posición más por sus buenos contactos que por el buen desempeño en su labor.
En Colombia también tuvo roces con otras estrellas, bien conocidas en la Liga Española, que sufrieron sus malos diagnósticos y pésimos tratamientos. Pocos meses antes del Mundial de Brasil, la estrella cafetera, Radamel Falcao, se lesionó en un encuentro de Copa el ligamento cruzado de su rodilla izquierda. La noticia dejó en estado shock a un país que soñaba con hacer un buen papel después de estar 16 años fuera del Mundial. Todas sus confianzas estaban puestas en la máxima figura del equipo en aquellos momentos. Su recuperación pasó a ser una cuestión de estado. Ahí apareció el médico Ulloa, quien tomó un vuelo a Europa para seguir de cerca su evolución. Él mismo, fue el que insistió al ahora jugador del Mónaco para que forzara en su recuperación y convertir así unos plazos que estaban marcados para seis meses en apenas cuatro. Falcao apuró hasta el último momento, pero no pudo obrar el milagro. En cambio, el sacrificio que realizó en su cuerpo para alcanzar la cita lo terminó postergando a dos años en los que no volvió a encontrar el ritmo y en los sufrió también diversas lesiones, consecuencia del sobreesfuerzo y la descompensación.
Otro viejo conocido de la Liga también ex del Atlético, Luis Amaranto Perea, sufrió también las malas artes del médico cafetero. El colombiano tuvo que ver, como Falcao, el Mundial de Brasil desde su casa. Un desagarro en el abductor y una extraña lesión en su rodilla lo terminaron apartando del resto del equipo. La explicación que dio en su momento el cuerpo médico sobre los hechos tampoco fue muy transparente. El gran perjudicado acabó siendo el jugador quien se vio obligado al retiro, olvidado por el resto de equipos que lo vieron ya como un muñeco roto.
El mal diagnóstico de James en el partido contra Perú no fue la única lucidez del galeno en Nueva Jersey. El delantero Jackson Martínez, entonces recién llegado a la ribera del Manzanares, también volvió de dicho encuentro amistoso con un golpe en la tibia “sin gravedad”. Posteriormente, en el Calderón, también se quedaron sorprendidos con el termino de ‘gravedad’ del galeno colombiano.
Y es que el Real Madrid no es el único equipo que mantiene roces con el cuerpo médico colombiano. En el Milan también están muy cabreados por la forma en que trató la lesión de Cristian Zapata en la pasada Copa Centenario. El defensa sufrió en la fase de liguilla una rotura de ligamentos que le dejó el tobillo del tamaño de un balón. Ulloa también optó en ese momento por forzar las posibilidades del jugador al que tuvo que infiltrar hasta el punto de que casi no sintiera la pierna para que pudiera jugar los partidos restantes. Zapata, hoy en día, no ha vuelto a disputar un encuentro y su recuperación en Milanello es una incógnita.