Exhibición de Alcaraz en Roland Garros (6-2, 6-1, 7-6)

Indomable Alcaraz: arrasa a Tsitsipas y se cita con Djokovic en semifinales de Roland Garros

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Alcaraz Tsitsipas
Carlos Alcaraz celebra un punto ante Tsitsipas. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Los grandes jugadores, los buenos de verdad, son los que saben cómo gestionar, destacar y si se tercia, exhibirse en las citas más importantes. Prácticamente, a sus 20 años de edad, no quedan dudas de que Carlos Alcaraz pertenece a esta honorable y limitada nómina, la de los más grandes, pero en cada actuación clave, el joven español se encarga de demostrarlo. Con una victoria que mezcló todos los adjetivos dignos de elogio que se puedan imaginar, Alcaraz arrasó a Stefanos Tsitsipas (6-2, 6-1, 7-6) en los cuartos de final de Roland Garros, en un partido en el que partían dos de los favoritos al título pero en el que tras dos horas, 10 minutos y un susto tras el paseo, sólo quedó en pie el más grande.

Tsitsipas se encontró con una losa mental, después de cuatro derrotas que ya son cinco, en otros tantos partidos, pero sobre todo tenística, de puro juego, ante la gran joya del tenis mundial, un Carlos Alcaraz quien volvió a arrasar desde el inicio con un primer set para enmarcar y que, a partir de entonces, se dedicó a gestionar y a disfrutar de una victoria que le lanza a semifinales de Roland Garros. La exhibición de Alcaraz, que jugó un partido casi perfecto, pese al susto final, en el día indicado, le permite superar su resultado de 2022 –cedió en cuartos con Zverev– y citarse con Novak Djokovic en el duelo más esperado de la temporada.

El ambiente no defraudó, en la sesión nocturna de la Philippe Chatrier y un respetable francés ansioso de espectáculo y de una batalla de poder a poder entre el número uno y el cinco del ranking ATP. Lo primero lo obtuvieron con creces los aficionados presentes, pero Alcaraz, dentro de su indomable actuación en la arcilla parisina, les dejó sin lo segundo, porque lo que apuntaba a partido épico se quedó sin demasiada historia por la incuestionable superioridad del gran favorito a suceder a Rafa Nadal, al que recordó por el dominio mostrado en la Chatrier, como poseedor de la Copa de los Mosqueteros.

Alcaraz enciende la llama de inicio

El encuentro puede resumirse en el primer set, porque ahí es realmente donde nació, se gestó y se sentenció la victoria en forma de exhibición de Alcaraz. Carlitos ha dejado grandes tardes y noches de tenis en su todavía corta carrera, pero posiblemente ninguna tan perfecta como la que se vio en los primeros 32 minutos de partido.

Ahí encontramos a un Tsitsipas dispuesto, concienciado y que pudo sumar dos juegos muy positivos para su bolsillo. Lo demás, e incluso parte de esos parciales que fueron a parar al griego, fue un monólogo histórico de Alcaraz, quien dejó golpes dignos de entrar en un museo, con dejadas, derechas invertidas e incluso passing shots que hicieron que los más melancólicos recordaran a Rafa Nadal. Un auténtico show y la Philippe Chatrier alucinando con el mejor despliegue del mejor tenista del mundo en la actualidad.

Tsitsipas, quien venía de cuatro derrotas en cuatro partidos ante Alcaraz, no recibió bien el enésimo golpe de Carlos, y en el segundo set comenzaría perdiendo su saque, dejando sensación de comenzar a bajar los brazos ante el vendaval de tenis que tenía enfrente. Se podía esperar que su revés a una mano le causara problemas ante el drive con efecto liftado de Carlos, ya le sucedía a todo un Roger Federer con Rafa Nadal, pero la paliza no se resumió en ello y en el segundo set, aun con Carlos un punto por debajo, bajando de la matrícula de honor al sobresaliente, el resultado fue si cabe más abultado, con un 6-1 que era fiel reflejo de la realidad del encuentro.

Exhibición con susto de Alcaraz

La pesadilla para Tsitsipas no había acabado y en el inicio del tercer set, Alcaraz no puso el freno de mano y volvió a quebrar, dejando el sello del partido con un passing engañando totalmente al griego, noqueado sobre el ring de la Chatrier. Apenas había pasado una hora y cuarto de partido, pero la tortura había bloqueado al griego, quien era prácticamente incapaz de ganar puntos y jugaba para que Carlitos sacara la varita en el mejor encuentro que le hemos visto. Y mira que los ha habido buenos.

En el transcurso de los cinco primeros juegos, de los cuales sólo uno pudo llevarse Tsitsipas para su casillero, Alcaraz siguió golpeando con virulencia y mezclando con dejadas, cada vez más y mejores, que mantenían en la lona a un rival que seguía tratando de explicarse lo que estaba pasando. Todo parecía acabado, pero Carlos jugaba contra el número 5 del mundo, todo un finalista en Roland Garros y candidato a todo en los grandes, y las dificultades al cierre le provocaron un pequeño borrón que llevó a que el tercer set se decidiera mucho más apretado de lo que parecía.

Alcaraz desperdició varias pelotas de partido y Tsitsipas aprovechó para forzar el tie-break, donde no pudo más y acabó claudicando ante el príncipe de la tierra.  Superado el escollo, por fin, de forma definitiva, iremos más rápido si paramos un segundo en el tesón de Tsitsipas, que consiguió maquillar el luminoso del tercero cuando lo fácil hubiera sido darlo por perdido, y a partir de ahí centramos en elogiar la figura de Alcaraz, su manera de saber ganar en un tiempo en el que esto no está tan de moda y su pase, incontestable en lo tenístico, a la semifinal de Roland Garros que será una final encubierta y anticipada ante Novak Djokovic.

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