Deportes
FC Barcelona

El hijo de Negreira ante el juez: «Mi padre era una persona autoritaria y agresiva»

Declaró que hacía informes técnicos arbitrales e incluía comparativas con el Real Madrid

Aseguró que no tenía conocimiento de lo facturó su padre con el FC Barcelona

Rosell tumba el relato del Barça y Laporta: «Al señor Negreira ya lo conocí…»

Javier Enríquez, hijo de Enríquez Negreira, es una de las piezas principales para destapar cuál es la verdad detrás de los 8,4 millones de euros que pagó el FC Barcelona al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. En las últimas semanas han salido a la luz declaraciones de otras personas como Luis Enrique, Ernesto Valverde y el propio Joan Laporta.

Los tres mantuvieron el guion y tiraron balones fuera sobre un posible caso de corrupción negando que tuvieran conocimiento de los informes arbitrales. Sin embargo, el hijo de Negreira reconoció que sí existieron: ¿Y el trabajo concreto que usted de manera indirecta destinaba al Fútbol Club Barcelona, en que consistía. ¿En informes técnicos arbitrales, Han incorporado alguna comparativa comparativa con decisiones tomadas con, sobre todo con el Real Madrid?, preguntó el juez.

Fue entonces cuando Javier se sinceró sobre cómo vivió aquella época: «Nadie sabía cuándo yo acompañaba a los árbitros o no, o sea que había árbitros que me llamaban a mí para tomarnos el café. El FC Barcelona es un equipo que cuando se ha enfrentado a la mayoría de equipos, es superior. Es el primer interesado en que los arbitrajes que recibe sean justos y acertados. Es decir, al FC Barcelona le interesa recibir arbitrajes óptimos. Si no tenía en absoluto ni idea de que mi padre, a través de Nilesat, hubiera facturado ni un euro al Barcelona», comentó en unas imágenes que desveló el programa ‘El Chiringuito de Jugones’ de Josep Pedrerol.

Un Enríquez Negreira que, a los ojos de su propio hijo, estuvo demasiado tenso esos años: «Era algo impensable porque mi padre, por ética personal y lo que ha vendido siempre y lo que me ha explicado a mí siempre, cuando surge, surgía una posibilidad de por qué no trabajas o por qué no le vendes gorras o le vendes banderines a este club o le vendes. No puedo trabajar con ningún club de fútbol porque soy vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. El cabreo mío fue importante. Lo primero que hago es llamar a mi padre. Llamo a mi padre, le pido explicaciones, le pregunto, da largas. Me dice que lo que hacía era asesorar al club, que no era asunto mío. Y bueno, me lo dice en el tono en el que me solía hablar cuando se ponía a la defensiva. A ver, mi padre, yo le quiero mucho y a nivel personal y emocional está perdonado por lo que me ha hecho, pero eso no quita que fuera una persona muy autoritaria, agresiva. Me llegó a decir ‘¿A ti qué coño te importa?’», concluyó.