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COPA DEL REY DE BALONCESTO

Doncic y Rudy llevan al Madrid a la final (59-77)

El Real Madrid estará en la final de la Copa del Rey y aspirará este domingo a conseguir su quinto trofeo consecutivo. El conjunto blanco cumplió los pronósticos y venció en las semifinales disputadas este sábado a Iberostar Tenerife (59-77) y se medirá en el duelo por el título al Barcelona de Pesis que batió al Gran Canaria (74-87) en la segunda semifinal. Todo ello gracias a Luka Doncic y Rudy Fernández que fueron los mejores del duelo ante el equipo de Fotsis Katsikaris.

Y es que la afrenta de este histórico Real Madrid de Pablo Laso en esta Copa del Rey es de órdago. Desde hace 1983 ningún equipo consigue cinco títulos consecutivos y ese es motivo suficiente para seguir manteniendo la sangre en la boca a pesar de haber conseguido un póker de trofeos en las cuatro ediciones anteriores. Porque si hay algo que no le falta al equipo madridista es hambre.

Contra el Iberostar Tenerife tenía poco que ganar y mucho que perder. Los tinerfeños, al lado de casa, se presentaron por primera vez en semifinales de Copa del Rey tras dar la sorpresa ante el actual campeón Valencia Basket, y ninguna apuesta confiaba en su victoria contra el Real Madrid, todo un campeón que partió de la capital con la final en la mente. El Unicaja ya fue consciente de ello el pasado jueves.  Y además el sábado comenzó bien para el equipo madridista después de que se anunciara el alta de Gustavo Ayllón para este partido después de haber estado tres meses fuera de las canchas. El mejor juego interior de Europa volvía a escena.

La apuesta de los isleños para soñar con la epopeya era clara: reducir al máximo la anotación blanca y que no temblara la mano en los momentos importantes. Y Fotios Katsikaris lo consiguió durante el primer cuarto. Su gran defensa unida a la poca precisión de los jugadores madridistas en los lanzamientos de larga distancia se tradujo en un parcial de 11-2 para Iberostar Tenerife. El buen nivel mostrado por los insulares durante los primeros 10 minutos se tradujo en el resultado: 19-11 y más 8 en el luminoso para la considerada por muchos, como la cenicienta de estas semifinales.

El Tenerife siguió manteniendo un buen nivel en el segundo cuarto pero cuando Luka Doncic y Rudy Fernández entran a escena poco tienen que hacer la mayoría de equipos de Europa. El chico maravilla, con siete puntos, en el mismo cuarto y los dos tiples consecutivos del jugador balear, que ha vuelto por sus fueros en esta temporada, recortaron algo la distancia hasta que apareció Jaycee Carroll, para, con siete puntos consecutivos, poner al Real Madrid a un punto a pocos segundos del final y con posesión para Doncic. Obviamente, esta se la jugó Doncic, que parecía que iba a llevar  a su equipo por delante al descanso pero Beirán anotó a milésimas del fin e hizo hizo que Tenerife se fuera un punto arriba a los vestuarios (38-37). 

El Madrid impone su ley tras el descanso

Y el Real Madrid comenzó a imponer su ley en el tercer cuarto. Sobre todo, Campazzo, que puso al actual campeón por delante (40-43) gracias a dos tiros libres y una buena canasta de dos. Fran Vázquez mantuvo a Tenerife en el marcador. La tónica de estos minutos era clara: el bloque madridista intentaba adquirir una distancia considerable pero Tenerife se defendía como gato panza arriba. La entrada de Rudy a la pista dio un aire distinto al equipo y los de Pablo Laso se marcharon con una ventaja de siete (la máxima que había tenido en el partido) puntos (49-56). El Tenerife había estado tambaleándose sobre la lona (sólo anotó 11 puntos en el cuarto) pero llegaba vivo al cuarto asalto.

Si el equipo tinerfeño había acabado el tercer cuarto agarrándose a las cuerdas, en los primeros minutos el Real Madrid, con Rudy a la cabeza, soltó sus mejores goles para con un parcial de (14-0) destrozar todas las ilusiones de Iberostar. Así que los cinco minutos que restaban para el final eran para guardar esfuerzos y para el goce y disfrute del personal. Con todavía tres por delante, los blancos estaban con 17 de ventaja y Doncic seguía gustándose. Todo iba según lo esperado. Finalmente, los actuales campeones acabaron con más 18 en el luminoso (59-77). El conjunto blanco estará en su octava final en los últimos nueve años. Palabras mayores.