El día en que Putin le robó el anillo de la Super Bowl al dueño de los Patriots

Vladimir Putin nunca ha ocultado su amor por el deporte. A lo largo de su andadura política, el presidente ruso ha conseguido llevar a su país un Mundial de Fútbol, unos Juegos Olímpicos de Invierno y diversos mundiales de disciplinas deportivas siendo una figura fundamental en todos esos eventos.

Una reclamación histórica de Estados Unidos ha aflorado en estas fechas con motivo de la guerra en Ucrania y la delicada situación de Putin. El dueño de los New England Patriots, Robert Kraft, quiere que se haga justicia si en algún momento capturan al presidente de Rusia y lo que le mueve es el robo de una anillo hace ya casi 20 años.

Corría el año 2005 cuando Robert Kraft y unos cuantos empresarios más estadounidenses visitaron tierras rusas para facilitar el comercio entre ambos países. En una reunión con Putin, el propietario de los Patriots mostró a Putin el anillo de campeón de la Super Bowl que su equipo acaba de ganar y el mandatario ruso no se lo pensó dos veces y se lo puso.

«Podría matar a alguien con este anillo», dijo Putin cuando se enfundó el anillo de casi cinco quilates. Kraft no se cortó ni un pelo y le respondió. «Tú podrías matar a alguien sin él. Eras el jefe del KGB», le dijo. Esas palabras quizá molestaron a un Putin que declinó la petición del empresario de devolver el anillo y se lo metió en el bolsillo.

Kraft lo intentó todo para recuperarlo, pero no volvió a mediar palabra con un Putin al que no pudo acercarse porque los servicios policiales rusos le tenían rodeado. Las quejas del dueño de los Patriots se hicieron virales en Estados Unidos hasta el punto de que el presidente Bush le pidió que rebajase el tono. «El presidente Putin, un gran aficionado a los deportes y conocedor de los mismos, quedó claramente cautivado por la singularidad del anillo. Decidí dárselo como símbolo del respeto y la admiración que tengo por el pueblo ruso y su liderazgo», aclaró sobre la historia semanas después.

Ya en 2013, Kraft decidió dar la versión real de su historia volviendo a acusar a Putin de hurto. «Extendí mi mano y él metió el anillo en su bolsillo. Al mismo tiempo tres tipos de la KGB lo rodearon y se fueron. Yo tenía un vínculo emocional con ese objeto, que además llevaba mi nombre», dijo el empresario quien no se detuvo su cruzada.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos destensó las relaciones con Rusia y Kraft quiso pedirle un favor al nuevo presidente. «Dile a Putin que le hago un anillo con su nombre y personalizado del campeonato, pero que me devuelva el mío», aseguró.

El presidente de Rusia sigue teniendo ese anillo 17 años después entre su colección. Kraft tiene una fortuna de 8.300 millones de dólares, pero es incapaz de recuperar esa insignia hasta la fecha. Quizá cuando acabe la contienda, podría comprárselo a Putin a precio de saldo.