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El veterano entrenador se sincera

Desgarrador testimonio de Sven-Göran Eriksson: «Me queda un año de vida»

Sven-Göran Eriksson está muy enfermo de cáncer

Los pronósticos apuntan a que le quedan unos doce meses de vida

"En el mejor de los casos, me queda un año", explica

Sven-Göran Eriksson, entrenador sueco de 75 años y con una amplia y brillante carrera en varios países, admitió este jueves en una entrevista que está muy enfermo de cáncer y que los pronósticos apuntan a que le quedan unos doce meses de vida. «En el mejor de los casos, me queda un año. En el peor, algo menos», señaló en una entrevista a la emisora pública Radio de Suecia el prestigioso técnico, que «resistirá mientras pueda».

Svennis, diminutivo con el que se le conoce, confesó que en vez de quedarse en casa sentado «quejándome por tener mala suerte» prefiere tener una visión «positiva» y no ceder a la «adversidad». Eriksson había dejado el año pasado, aduciendo problemas de salud, su cargo como director deportivo del modesto club sueco Karlstad, última etapa de una larga y fructífera trayectoria que había empezado a finales de la década de 1970 en su país de origen.

Tras ganar la liga y una Copa de la UEFA con el Gotemburgo sueco, dio el salto al Benfica, donde logró tres ligas y de ahí pasó a Italia donde desarrolló la mayor parte de su carrera en clubes como el Roma, Fiorentina, Sampdoria y Lazio, con el que obtuvo una liga, varias copas y otra UEFA. Eriksson pasó también por el fútbol inglés, dirigiendo al Manchester City y al Leicester, y fue seleccionador de Inglaterra, México, Costa de Marfil y Filipinas, además de probar en las ligas china y tailandesa.

En febrero de 2023, Eriksson anunció que sufría problemas de salud, pero no reveló ningún detalle. Ahora cuenta que padece un cáncer y dice que está intentando hacer su vida como siempre: «Tienes que desechar todos los malos pensamientos que te rondan por la cabeza. Dicen que es imposible y difícil, pero no lo es. Relaciónate con la gente, habla con la gente, sé normal. Asegúrate de que el tiempo que te queda es bueno. ¿Pensar en la muerte? Dejo eso a un lado. ¿Quién sabe lo que pasará entonces? Es delicado, es difícil hablar». Lo que está claro es que el entrenador sueco no va a vivir en un constante lamento sus últimos meses junto a su familia y seres queridos.