Black Saturday en el Ciutat de Valencia
El Atlético de Madrid no desaprovechó el Black Saturday del Levante, que adelantó las Navidades al regalarle los dos primeros tantos al conjunto rojiblanco. Dos goles -uno en propia meta y otro de Gameiro – que sirvieron para sentenciar el choque. A partir de ahí, el Atlético de Madrid hurgó en la herida levantinista. Gameiro volvió a mojar y Griezmann puso la guinda al pastel con un doblete que dejó patente que la vieja versión del conjunto rojiblanco ya es historia.
El Atlético saltaba al terreno de juego del Ciutat de Valencia con la clara intención de romper el maleficio que sufre cada vez que pisa ese estadio. Desde 2007 no lograban la victoria en el feudo granota, y para ello, el Cholo Simeone hacía algunas variaciones respecto a los once que salieron de partida ante la Roma.
La presencia de Oblak, innegociable. Thomas repetía en el lateral derecho, con Filipe en el otro flanco, mientras que Godín y Savic volvían a ser la pareja de centrales. Por delante, Gabi, Saúl y Koke formando el trivote. Correa y Gameiro fueron las referencias en ataque, con un Griezmann omnipotente entre el ataque y la medular apareciendo por el centro y cayendo a ambas bandas.
Los rojiblancos – de amarillo frente al Levante -, salieron a llevar la manija del encuentro. La victoria intersemanal parece haber sido un punto de inflexión en el juego colchonero y así lo demostraron frente al Levante dando el primer golpe sobre la mesa a los cinco minutos. Gameiro ganó la espalda a la defensa granota, se internó en el área para buscar a Correa con un pase de la muerte. Rober, zaguero levantinista, metió el pie con la mala fortuna de mandar el cuero al fondo de la red, robándole el tanto a Angelito.
No se amilanó el Levante, que lejos de acusar el gol tempranero, trató de buscar un empate que nunca llegó. Sin mucho peligro se acercaron al arco defendido por Oblak, pero con esa osadía acabaron pagándolo. Avisaron Gameiro y Saúl en primera instancia, pero a este ‘nuevo’ Atlético nadie le tose.
Esta vez fue Correa el que ganó la espalda a una zaga adelantada que parecían más centrocampistas que defensas en su posicionamiento. Regalaban terreno y el Atlético no lo desaprovechó. El argentino gambeteó a Oier, pero su disparo fue flojo, dándole tiempo a Chema para evitar el tanto. El balón quedó muerto en el área chica, donde llegó Kevin Gameiro para empujar la pelota al fondo de la red y dejar claro que ha vuelto a reconciliarse con el gol.
Griezmann vuelve a sonreír
Y si el Gameiro goleador ha regresado, no se queda atrás Griezmann con sus diabluras. El Principito volvió loco al Levante en línea de tres cuartos. Con campo para correr, para hacer sus virguerías, para sacar pases imposibles, Antoine se divirtió y volvió a sonreír. Como también lo hizo la hinchada del Atlético de Madrid.
Con la mejor versión de Griezmann todo va viento en popa. Ya en la segunda mitad, Antoine se sacó un pase de la chistera para conectar con su compatriota Gameiro. El ex del Sevilla volvió a batir a Oier en un mano a mano que hace unas semanas posiblemente se hubiera perdido por línea de fondo.
El Atlético de Madrid se sentía cómodo sobre el verde. Los del Cholo se imponían 0-3 y no se conformaban. La conexión francesa estaba funcionando a la perfección, pero a Griezmann le faltaba su gol. Y como es de bien nacido ser agradecido, Gameiro le devolvió la asistencia. Un pase de la muerte al segundo palo de Kevin encontró a un Antoine que sólo tuvo que empujar el esférico.
El Atlético, imparable
El conjunto rojiblanco era insaciable. Como cualquier persona que comprase en el Black Friday. Compras una cosa, ves otra y también la compras. En el caso del Atlético, hacía un gol, y quería otro. Gameiro rozó el hat trick, pero una mano de Oier lo evitó. El balón salió rechazado y cayó en los pies de Griezmann, que una vez más, no perdonó.
Movió el banquillo el Cholo. Gameiro se quedó con la miel en los labios de llevarse el balón a casa. Correa contribuyó pero no fue capaz de hacer gol y Saúl en su línea se merecía un descanso. Torres, Carrasco y Augusto saltaron al verde para intentar dejar su sello en el partido. El Niño fue el más activo. Lo intentó, pero Oier no estaba dispuesto a dejar entrar otro balón en su portería.
El Atlético no cesó en su intento de hacer el sexto, pero el gol no llegó. Aún así, segunda victoria de la semana, muy reconfortable para los del Cholo Simeone, que le arrebatan la tercera plaza al Real Madrid gracias a la diferencia de goles.
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