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Duro golpe en la Champions

El Barça llegará herido al Clásico

«Nos va a pasar factura para el Clásico». Las palabras de Sergio Busquets tras el empate ante el Inter de Milán no dejaban lugar a dudas. La decepción en la Champions, donde el Barcelona está eliminado salvo que medie un milagro de los grandes, es un durísimo mazazo psicológico que llega en un momento especialmente fatídico de la temporada, justo antes de visitar el Santiago Bernabéu.

Todo el trabajo de reconstrucción que lleva realizando el Barcelona desde el pasado verano, cuando activó las cuatro famosas palancas, está a punto volver a derrumbarse. Basta con que el Inter de Milán se imponga en casa al Viktoria Plzen el próximo 26 de octubre para que el Barça vuelva a caer al pozo de la Europa League. Ahí van un par de datos que exhiben la facilidad del objetivo para los italianos: el equipo checo lleva cero puntos y 16 goles en contra en esta Champions.

La mayoría de jugadores de la plantilla ya experimentaron este mismo fracaso la temporada anterior, pero el batacazo resulta inédito para los nuevos. Paradigmático resulta el caso de Robert Lewandowski, que se empeñó en fichar por el Barça para una última aventura en su carrera que puede acabar en pesadilla. Su doblete ante el Inter y los reflejos de Marc André Ter Stegen son lo único que evitaron que el funeral en el Camp Nou fuera completo.

La caída de Piqué

Al mal momento de juego y resultados del Barcelona se suman los problemas de lesiones, que se hicieron especialmente dolorosos contra el Inter. Con Jules Koundé, Ronald Araujo y Andreas Christensen lesionados, Gerard Piqué y Eric García encendieron una traca de las estruendosas contra los italianos. Sobre todo el primero, que abrió la puerta a la remontada del Inter con un error de infantiles en el primer tanto de Barella. La recuperación de Koundé, que apunta a reaparecer en el Clásico, sería maná caído del cielo para su equipo.

Xavi apenas tiene tres días para recomponer la moral de su equipo antes de visitar el domingo al Real Madrid en otro partido que también puede marcar el resto de la temporada. Allí le espera un rival que, por el contrario, ya está clasificado para octavos de la Champions y huele la sangre azulgrana. El Barça llegará tocado al Bernabéu y puede salir hundido de la casa de su eterno rival.