El Atlético está para los leones
El Atlético de Madrid cayó derrotado por 2-0 frente al Athletic en el partido correspondiente a la jornada 28 de la Liga Santander que se disputó en San Mamés. Los goles de Williams y Kodro dejan tocado a un Atleti que hace unos días era eliminado de la Champions League
El Atlético de Madrid cayó derrotado por 2-0 frente al Athletic en un partido en el que los colchoneros continuaron en la línea mostrada en Turín. A los de Simeone les costó disparar a puerta y al final lo pagaron por culpa de los goles de Iñaki Williams y Kodro, que hicieron que los tres puntos se quedaran en Bilbao.
Tras la tormenta siempre llega la calma. O eso dicen. Porque en el Atlético de Madrid están viviendo momentos de rayos y truenos. Un cielo que se ensombrece tras la derrota en San Mamés, diciendo adiós a la lucha por la Liga y que se une a la eliminación de la Champions League hace apenas cuatros días.
Para asaltar San Mamés, el Cholo Simeone hacía algunos cambios respecto al choque de Turín. El más notorio, sin duda, un tridente formado por Griezmann, Morata y Diego Costa, que podríamos bautizar como la GMC, o como la nueva apuesta ofensiva del técnico argentino que tanto le reclaman. En la medular, Koke, Rodri y Thomas formaban el trivote, mientras que Saúl ejercía en el lateral izquierdo, siendo Juanfran, Godín y Giménez el resto de componentes de la zaga. En la portería, quién si no: Jan Oblak.
Los colchoneros parecían tener la cabeza aún en Turín. La primera mitad transcurría mientras que en el verde se veía rodar un balón que no se acercaba a las áreas de Herrín ni de Oblak. Por no haber, no había ni faltas, ni córners, ni nada. Diego Costa, que volvía a la titularidad, mostraba su lado errático. Controlaba mal, sus pases los cortaba el rival, iba a destiempo como un reloj roto. Aunque éste, por lo menos, acierta la hora dos veces al día.
Respeto mutuo
Athletic y Atlético jugaban a no conceder nada al rival. Ni el más mínimo milímetro. Partido serio pero muy monótono sin ocasiones. La más clara de la primera parte -y la única oportunidad de gol- estuvo en los pies de Ibai Gómez. El ex del Alavés, desde una posición escorada, pegó un zambombazo al que Oblak respondió haciendo una de esas paradas made in Jan, que valen lo mismo o más que un gol. En busca del gol fue Griezmann en la última jugada del primer acto, pero Yeray se interpuso en su camino cuando el francés penetraba en el área de los vascos. Se protestó el penalti, como también hicieron los locales minutos antes en dos acciones.
Con el 0-0 se llegó al descanso y tras el intermedio, los del Cholo Simeone parecían despertar. Sin inquietar a Iago Herrerín se iban acercando al área del Athletic dejando en el ambiente una sensación de que podría llegar el gol. Pero al final es eso, sensaciones, porque no hay que olvidar que el Atlético iba camino de firmar dos partidos sin disparar a la portería contraria. Uno de los tiros no llegó porque San José le metió el pie a Morata. El colegiado dijo que el zaguero tocó el balón, pero de eso nada. ¿Penalti? En el VAR dijeron que nanai.
Williams pesca en río revuelto
A estas, lo intentó Muniain de cabeza, pero entre que ese no es su fuerte, y delante estaba Oblak, el futbolista del Athletic tenía poco que hacer. Pasada la hora de juego llegó el primer disparo del Atlético. Lejano, pero un tiro, al fin y al cabo. Rodri trató de aprovechar una salida y posterior mal despeje de Herrerín, pero el guardameta se hizo sin muchos problemas con el cuero. Pero para problemas, en el que se metía Giménez y el Atlético. Una mala decisión del charrúa, que intentó regatear, terminó con Raúl García robándole la cartera, dándosela a Córdoba, que tiró defectuosamente al palo largo, donde apareció Williams para meter el pie y empujar la bola al fondo de la red.
Duro golpe para un Atlético que hizo su primer cambio cuando faltaban 10 minutos para el final. Se marchó Juanfran y entró Correa, defendiendo prácticamente con dos jugadores. Cinco minutos le duró el sueño de igualar la contienda. Raúl García se retiraba del terreno de juego para dejar su puesto a Kodro. El hijo del mítico delantero recibió una gran asistencia de Ibai Gómez antes de chutar y que Giménez desviase el balón, cogiendo por sorpresa a Oblak, que nada pudo hacer para alcanzar el balón y evitar el segundo tanto bilbaíno.
En los últimos minutos fue cuando más apretó el Atleti. Morata falló a puerta vacía, quién sabe si los focos le volvieron a molestar. Thomas se topó con Herrerín. Pasaron los minutos y se consumó la derrota del Atlético. En un campo que no se le ha dado nada mal en los últimos años. Frente a un rival al que le ganó en la final de Europa League en Bucarest, cuando el Cholo llevaba apenas seis meses en el banquillo rojiblanco. Una derrota que ayuda a recordar que de las rentas no se vive, que hace decir adiós a la Liga, que la temporada ha terminado, pero que, para los majaderos, hay Simeone hasta 2022, tres años más con el hombre que ha llevado a los colchoneros a aspirar a todo y que los ha levantado después de cada traspiés.
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