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EUROCOPA 2016 CUARTOS DE FINAL: ALEMANIA 1-1 ITALIA

Alemania gana la tanda de penaltis más agónica de la historia

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Al contrario que Del Bosque, Löw si había estudiado a Italia, así que cambió su once titular para sacrificar a Draxler, el que le gusta a Zidane, y jugar con tres centrales. Se presumía un partido cerrado con tanto blindaje defensivo, pero ni Italia ni Alemania son selecciones de especular cuando llegan los momentos decisivos de los campeonatos. Por algo tienen cuatro Mundiales cada una.

Los italianos tienen algunos jugadores pequeñitos, pero que los tienen cuadraos. Volvieron a tomar la iniciativa del juego con El Gnomo Ghiaccherini que es como Belén Esteban en Telecinco: aparece por todos los sitios. No se arrugaron los alemanes, faltaría más, y respondieron con un par de jugadas a balón parado que se convertían en su particular oktoberfest.

El duelo tenía mucha pizarra, mucho cortés y mucha presión, pero le faltaba frescura, como a una merluza Pescanova. A los 14 minutos Löw tuvo que cambiar sus planes porque Khedira se rompió y tuvo que meter al campo a Schweinsteiger, que ha vivido días mejores hace mucho tiempos. Aun así, Alemania empezó a dominar porque Italia, huérfana de centrocampistas decentes –sin Verratti, Marchisio, De Rossi ni Motta–, había decidido montar una trinchera en torno a Buffon.

Pasaban los minutos y más allá de un gol bien anulado al mítico Schweinsteiger, el duelo no tenía nada. Ni una parada de Buffon ni media parada de Neuer. Un tostón, vamos. Mario Gómez, con un cabezazo alto en el 41, dio un pequeño susto a los italianos, pero cosa de poco, igual que una que cazó Müller –diez goles en Mundiales, ninguno en Eurocopas– en el área pequeña y la pegó como Higuaín.

A los 42 Italia tuvo la mejor ocasión del primer tiempo tras un centro-chut de Giaccherini,  que desvió Neuer, y un tiro posterior de Sturaro que sacó un defensor alemán. Parecía que el partido se animaba en las postrimerías del primer tiempo.

A la vuelta del descanso Alemania salió como si se hubiera tomado un Red Bull. Más dominio, pero sin destaparse del todo. Müller la tuvo en el 53 después de una buena dejada de Mario Gómez, pero su disparo cruzado lo despejó Parolo por si acaso. Italia comenzó a rascar como un vino peleón. El partido seguía siendo un auténtico tostonazo.

Özil da primero… y Bonucci después

Pero en el 64 marcó Alemania. Fue una jugada que inició Neuer, que tiene mejor pie que la mitad de los jugadores de Europa. Su pase largo lo bajó Mario Gómez, que vio la incorporación de Héctor. El lateral penetró en el área y se la puso a Özil para que marcara a un toque llegando desde atrás. El gol podía valer una semifinal.

A los 67 Mario Gómez tuvo el segundo en su tacón con un remate maravilloso que sacó a bocajarro Buffon con una mano monumental. El gol había dejado a Italia muy tocada y había espoleado a los teutones. A los de Conte no les quedaban ni fuerzas ni demasiados recursos para buscar el empate, porque su plan era aguantar sin encajar gol hasta el final.

Pero en el 76 Boateng quiso meter a Italia en el partido al cometer un penalti absurdo por saltar con las manos en alto, como si se creyera Rafa Pascual. La pena máxima la lanzó Bonucci, mientras Buffon no quería ni mirar. Lo tiró a la perfección junto al palo izquierdo de Neuer, que se lanzó bien, pero que no pudo hacer nada por llegar al disparo del central de la Juve.

Y en una contra comandada por Florenzi en el 80 pudo marcar el 2-1 Pellé, el hombre que volvió locos a Ramos y Piqué, pero la pegó picuda como la nariz de Antonio Carmona. Aún le dio tiempo a Italia a otra en botas de De Sciglio y una postera de Schweinsteiger que evitó Chiellini con su escaso flequillo. Así que nos fuimos a la prórroga.

Una prórroga a cámara lenta

Y allí pasaban pocas cosas, más allá de un fútbol ochentero, lento y pastoso. Demasiado miedo a perder y muy pocas fuerzas para ganar. Una chilena de Draxler bajo los palos fue la mejor ocasión de Alemania, ya en el minuto 107. Y otra vez al ritmo cansino, al juego previsible de los teutones, con una Italia refugiada en su área esperando cazar alguna contra… O llegara los penaltis.

Tuvo una Insigne en el 112 después de una buena maniobra dentro del área, pero su disparo le salió muy centrado y lo atrapó con suficiencia y un punto de chulería Manuel Neuer. El caso es que se pasó el tiempo, Conte sacó a Zaza por Chiellini para los penaltis.

Insigne arrancó la tanda. Engañó a Neuer y marcó. Le siguió Toni Kroos. Buffon adivinó el lado, pero no llegó al tiro ajustado del madridista. El tercero era para Zaza, salido para esto. Hizo una carrera de saltitos cortos, muy ridícula, casi cómica, colocó mal el pie de apoyo y la echó a la estratosfera. Después tiró Müller. Fue un lanzamiento horrible. Flojo y al centro como si se lo tirara a su hijo. Paró Buffon. Barzagli tiró luego y volvió a marcar fuerte y por el centro.

Le tocaba a Özil. No cogió carrerilla y lo tiró al poste. Italia tenía ventaja. Tiró Pellé un penalti infame, que no se podía tirar peor. Fuera. Dos fallados por cada selección. Iba Draxler. Sin carrerilla, sin nervios, sin presión. Con 22 años. Golazo de crack. Por algo le gusta a Zidane. El quinto de Italia era para Bonucci y Neuer hizo un tremendo paradón. Italia fallaba su tercer penalti de la tanda. La gloria era para el capitán Schweinsteiger, pero la echó a las nubes. Nadie quería ganar o nadie sabía tirar penaltis.

Giaccherini sí marcó el sexto. Match-ball para Italia. Hummels tenía que marcar o morir. Con suspense, pero lo marcó. El séptimo penalti lo tiró Parolo y lo marcó, también por el centro. Luego le tocaba a Kimmich, que tenía carita de fallar. Pero marcó. Turno para De Sciglio. Le pegó duro, tocó en el larguero, pero entró. Y entonces iba a Boateng, que la había liado al hacer un penalti absurdo. Una presión enorme. Tiró sin carrerilla y marcó. Iba Darmian. Lo tiro rasito y mal. Paró Neuer. Match-ball ahora para Alemania. Tiraba Héctor. Buffon la tocó, pero se tiró tarde, quizá por la edad, y Alemania se metió en semifinales.