El sencillo truco de los jardineros para evitar que a tus plantas se le pongan las hojas amarillas
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Expertos coinciden en que tener plantas en casa no sólo hace que un espacio se vea mejor, sino que también aporta beneficios para la salud mental. Reducen el estrés, ayudan a mejorar la concentración y, además, le dan vida a cualquier rincón. Ese toque verde en medio de una sala, una cocina o incluso en una esquina puede transformar el ambiente mucho más que un cuadro, una vela u otro objeto decorativo.
Pero para que realmente cumplan su función, no basta con tenerlas ahí. Tienen que estar sanas, verdes, brillantes y llenas de vida. No hay nada más triste que verlas apagadas, con las hojas marrones o, peor aún, amarillas, porque ese color es una señal clara de que algo no va bien.
Si eso es lo que te está pasando, sigue leyendo y descubre el truco que los jardineros llevan años usando. Es fácil, efectivo y lo mejor es que sólo necesitas un ingrediente que ya tienes en tu cocina.
¿Por qué las hojas de las plantas se ponen amarillas?
El color amarillo en las hojas es una señal de alerta de que la planta está perdiendo clorofila, el pigmento esencial que permite la fotosíntesis y da ese color verde característico. Cuando esta sustancia se reduce, las hojas se tornan amarillas y, si el problema persiste, pueden secarse y caer.
Este fenómeno, conocido como clorosis, puede deberse a varios factores. Algunos de los más comunes son:
- Riego inadecuado: Tanto el exceso como la falta de agua pueden provocar hojas amarillas. Si la tierra está encharcada, las raíces se pudren; si está seca por demasiado tiempo, la planta se deshidrata.
- Drenaje deficiente: Un sustrato que no drena bien impide que el agua fluya correctamente, lo que puede causar acumulación y asfixia radicular.
- Mala ubicación: Si la planta no recibe la cantidad de luz adecuada, puede empezar a perder clorofila y volverse amarilla.
- Falta de nutrientes: Un suelo pobre en nitrógeno, hierro o magnesio impacta directamente en el color de las hojas.
- Temperaturas extremas: El calor excesivo o el frío repentino pueden debilitar la planta y hacer que sus hojas cambien de color.
- Plagas y enfermedades: La presencia de cochinillas, pulgones u hongos también puede afectar la salud del follaje.
Si notas que tu planta está perdiendo ese verde intenso que la caracteriza, es momento de actuar antes de que sea demasiado tarde.
El truco para evitar que las hojas de tus plantas se pongan amarillas
Para mantener tus plantas con hojas verdes y saludables, hay un truco casero que los jardineros han utilizado durante años y sólo necesitarás agua y vinagre blanco.
¿Cómo aplicarlo?
- Mezcla 200 ml de agua con un pequeño chorrito de vinagre blanco.
- Vierte la solución en un pulverizador y rocía las hojas y el sustrato de la planta.
- Repite el proceso cada dos días durante unas tres semanas.
El vinagre ayuda a equilibrar el pH del suelo, lo que mejora la absorción de nutrientes. Además, actúa como un repelente natural de plagas y evita la compactación del sustrato.
Si quieres potenciar este truco, puedes agregar una cucharadita de azúcar a la mezcla. Esto aportará oligoelementos beneficiosos que fortalecerán la planta y acelerarán su recuperación.
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