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La reflexión de Reverte sobre lo que hacemos en España que todo el mundo aplaude: «Hace falta ser…»

Pérez-Reverte ha expresado su opinión sobre la moda celebrar el Día de Acción de Gracias

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El Día de Acción de Gracias, una festividad profundamente arraigada en Estados Unidos, ha empezado a ganar adeptos en España en los últimos años. Sin embargo, esta adopción no está exenta de críticas, especialmente cuando se observa en contraste con la actitud hacia festividades nacionales como el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Esta paradoja ha sido objeto de reflexión por parte de Arturo Pérez-Reverte, quien, con su habitual tono incisivo, ha generado un intenso debate en las redes sociales y en la esfera cultural.

La celebración del Día de Acción de Gracias tiene sus raíces en el siglo XVII, cuando los colonos británicos en América del Norte organizaron un banquete en 1621 para agradecer su primera cosecha. Este evento contó con la participación de los nativos Wampanoag, en un gesto simbólico de unión y colaboración. Más tarde, en 1863, el presidente Abraham Lincoln proclamó el Día de Acción de Gracias como una festividad nacional en Estados Unidos, consolidando su significado de gratitud y reflexión. Con el tiempo, esta tradición ha evolucionado hasta convertirse en una de las celebraciones más importantes en Estados Unidos. Asociada a grandes cenas familiares, desfiles y eventos como el famoso «Black Friday», su popularidad ha trascendido fronteras.

Esto es lo que opina Pérez-Reverte sobre el Día de Acción de Gracias

En este contexto, Arturo Pérez-Reverte expresó su opinión sobre esta tendencia en España a través de su cuenta de X (antes Twitter), donde comentó: «En España se está poniendo de moda celebrar el Día de Acción de Gracias norteamericano, mientras nos insultamos a nosotros mismos por el 12 de octubre. Hace falta ser gilipollas». Este comentario directo y polémico refleja una crítica hacia la actitud contradictoria que percibe en la sociedad española respecto a su propia identidad y tradiciones.

Pérez-Reverte ya había abordado previamente temas relacionados con la celebración del 12 de octubre, una fecha que conmemora el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492. Esta festividad genera cada año un debate intenso, con sectores que celebran su carácter histórico y otros que cuestionan su significado, especialmente en relación con las consecuencias del colonialismo. Para el escritor, este desapego hacia lo propio contrasta marcadamente con la aceptación de tradiciones ajenas como el Día de Acción de Gracias.

Las palabras de Pérez-Reverte han generado un intenso debate en redes sociales, donde usuarios han expresado tanto apoyo como rechazo a su opinión. Muchos coinciden con su visión y lamentan lo que consideran una falta de orgullo por las tradiciones españolas. Otros, sin embargo, defienden la adopción de nuevas celebraciones como un signo de apertura y multiculturalismo.

Este debate refleja una tensión más amplia en la sociedad contemporánea: la necesidad de equilibrar la globalización con la preservación de las identidades locales. Mientras que algunos ven en la adopción de tradiciones extranjeras una amenaza para la autenticidad cultural, otros la consideran una oportunidad para enriquecer el tejido social y cultural.

La paradoja del 12 de octubre

El Día de la Hispanidad, celebrado el 12 de octubre, conmemora un momento clave en la historia mundial: el inicio del intercambio cultural entre Europa y América. A pesar de su relevancia, esta fecha ha sido objeto de controversia en España, donde algunos la celebran como un símbolo de unidad y otros la critican por su asociación con el colonialismo y la conquista.

Para Pérez-Reverte, el 12 de octubre representa una hazaña histórica que, aunque no exenta de sombras, merece reconocimiento. En una reflexión previa, el escritor destacó que «conquistar medio mundo en el siglo XVI con un puñado de fulanos bajitos, analfabetos, broncos, sanguinarios y muertos de hambre puede no ser la más delicada acción moral de la historia, pero desde el punto de vista objetivo, es una hazaña impresionante». Estas palabras resumen su postura: reconocer el valor histórico de los eventos sin negar sus complejidades éticas.

El comentario de Arturo Pérez-Reverte sobre la creciente popularidad del Día de Acción de Gracias en España y su contraste con la actitud hacia el 12 de octubre invita a una reflexión más profunda sobre la relación entre identidad cultural y globalización. En un mundo cada vez más interconectado, las culturas enfrentan el desafío de adaptarse a influencias externas sin perder de vista sus raíces.

Para España, este desafío se hace especialmente evidente en la celebración de festividades que, como el Día de la Hispanidad, tienen un significado histórico y cultural complejo. La crítica de Pérez-Reverte resalta la importancia de valorar y preservar las tradiciones propias, no como un acto de rechazo a lo extranjero, sino como una forma de mantener una conexión con la historia y la identidad colectiva.

La adopción de tradiciones como el Día de Acción de Gracias puede ser una oportunidad para enriquecer la cultura española, siempre que se haga desde una posición de orgullo, respeto por las raíces históricas propias, y manteniendo viva la esencia y el significado de las festividades nacionales que forman parte de su identidad cultural.