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Qué significa el número impreso en los huevos y cuál deberías comprar

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los huevos son uno de los alimentos más consumidos de todo el mundo debido a su amplio abanico de beneficios para la salud y su versatilidad en la cocina. Tienen un gran valor nutricional, cuentan con propiedades antioxidantes y favorecen el correcto funcionamiento del cerebro. Pues bien, a la hora de comprar huevos debemos fijarnos siempre en el número que aparece impreso en los mismos.

Número impreso en los huevos

El etiquetado de huevos es una norma europea que entró en vigor el 1 de enero del año 2004.

Son unas cifras grabadas en la cáscara para que los consumidores conozcan de dónde proceden los huevos y si son de una gallina criada en el suelo, en una jaula, de producción ecológica o de gallinas camperas.

Lo más importante es el primer número del código, que indica dónde ha sido criada la gallina:

Después de este número, aparece el código UE (Unión Europea) o ES (España), que indica el lugar de procedencia de los huevos. Por último, aparecen varios números que identifican la ubicación exacta de la granja: los dos primeros hacen referencia a la provincia, los cuatro siguientes al municipio y los tres últimos a la granja.

En base a la normativa vigente, el estuche de los huevos debe incluir la siguiente información: forma de cría de la gallina, recomendación de conservar los huevos en la nevera, fecha de consumo preferente (28 días desde la puesta) y el tamaño medio del huevo.

En lo que respecta al tamaño, siempre aparece identificado mediante una inicial que refleja el peso: S (menos de 53 gramos); M (entre 53 y 63 gramos), L (entre 63 y 73 gramos), XL (más de 73 gramos).

Consejos para conservar los huevos

Las altas temperaturas afectan de forma notable a determinados alimentos, como los huevos. Por lo tanto, hay que tener especial cuidado con ellos durante los meses de verano.

Siempre hay que comprobar que no estén rotos ni presenten alguna fisura. Antes de guardarlos en el frigorífico no hay que lavarlos, y siempre es aconsejable guardarlos en el estuche en el que los compramos.