Panama Jack, la historia de la marca española que rompió todos los esquemas de la moda
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Todos conocemos y seguro que hemos llevado unas Panama Jack, aquellos zapatos en forma de bota, en color camel, que con los años han evolucionado para ofrecer diversos modelos. Conocemos su historia y cuál es la expansión de esta marca española por el mundo.
Siempre se ha posicionado como una marca made in Spain, de elaboración artesanal y local, que rompe esquemas con todo lo que se vio en ese momento.
Conoce la historia de Panama Jack
Corría el año 1973, cuando Antonio Vicente comienza en Elche, y con sólo 23 años, su camino en el mundo del calzado, “La Casita” será su primera fábrica. Así empieza la historia de empresa.
Ya posteriormente, no fue hasta el 1989, cuando se graba por primera vez el famoso sello de Panama Jack en unas botas. Desde entonces la empresa empezó su expansión gracias a sus botas robustas y de alta calidad y desde entonces no ha parado.
En la web de la empresa aparecen algunos datos sobre su historia, como que, en 1990, sale por primera vez publicidad de Panama Jack en revistas y periódicos.
Y destaca por unos productos que especialmente ofrecen productos de alta calidad que cada vez se tienen en cuenta mayores estándares de calidad. La comodidad y el diseño son sus puntos fuertes pero especialmente la alta durabilidad de sus productos.
Con un diseño ideada para salir a la aventura, las botas son para ir de excusión, si bien con el tiempo han roto esquemas y ya muchas personas se las ponen para el día a día. Más allá también cuentan con otros tipos de zapatos, como botas más bajas, en diferentes colores (tierra, marrón oscuro…) y hasta botines para mujeres realmente sofisticados, sin mermar siempre su alta calidad por los detalles y materiales.
Lo que está claro es que la bota es ya para siempre la insignia de la marca, y es realmente la pieza estrella por toda la comodidad y resistencia que ofrece y representa.
Desde la empresa aportan mayores informaciones y explican que también colaboran con los que lo necesitan como la ayuda a la Fundación Un Abrazo de Luz y la Fundación Vicente Ferrer.
Pero hay más porque forman parte de expediciones y aventuras, como la Ruta Quetzal, excavaciones de la Fundación Atapuerca y muchos otros, donde estas robustas botas están siempre presentes. Ello sumado a la producción local donde la sostenibilidad es realmente importante.
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