Sabemos el origen de los nombres del planeta solar
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Si eres de esas personas que nunca han reparado en la lógica que sigue la forma en la que llamamos a los planetas que nos rodean, probablemente te sorprenderá saber que el origen de los nombres del sistema solar no es casual ,sino que respeta algunas reglas.
No en todos los casos, pero sí en la mayoría de ellos, los investigadores que descubrieron tales objetos en el espacio fueron influidos a la hora de elegir sus denominaciones. Es algo que se aprecia en casi todos los planetas principales que componen la Vía Láctea.
Estamos hablando concretamente de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte y, luego, de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; sin contar a Plutón. Detrás de la forma en la que conocemos a estos primeros ocho planetas hay explicaciones mitológicas, y es el momento de averiguarlas.
Existe otra definición más para aquellos planetas denominados enanos entre los que se incluiría Plutón desde 2006, junto a Ceres, Makemae, Eris y Haumea.
El origen de los nombres del sistema solar
En líneas generales, buena parte de los planetas les deben sus nombres a varios de los seres más importantes de la mitología.
Observarás que se ha homenajeado de este modo a personajes clave en los mitos romanos y griegos, entre otros, pero considerando también algunas excepciones como la Tierra, que proviene de los vocablos inglés «earth» y el alemán «erde», relacionados con tierra en términos de «suelo». Claro, los primeros estudiosos desconocían la idea de planetas y sistema solar.
La Tierra
Proviene de las palabras ‘earth’, inglesa, y el germánico, ‘erde’, que significan suelo. Es de los pocos planetas que no tienen un origen mitológico ya que, cuando comenzaron a nombrarse no se sabía que la Tierra era redonda.
Se trata de un caso interesante porque al ser el primer planeta del que tuvimos plena conciencia, no se suponía que existieran otros.
Marte
Rojizo a la distancia, fue descubierto por los astrónomos del Imperio Babilónico que lo denominaban en honor al dios de la muerte, Nerpal. Los griegos lo apodaron Ares, por su dios de la guerra, y los romanos lo popularizaron con su equivalencia, el dios Marte.
Venus
Por su nivel de brillo, sólo inferior al del Sol y la Tierra, se le adjudicó el nombre de la diosa Venus, divinidad del amor y la belleza.
Mercurio
A partir de allí sí podemos comprobar la asociación entre planetas y seres mitológicos. Mercurio es conocido de esta manera porque justamente ese era el nombre del dios de los viajeros y el comercio de los romanos, el equivalente a Hermes para la cultura griega.
Júpiter
El mayor de los planetas del sistema solar por sus dimensiones lleva el nombre del más poderoso de los dioses romanos, Júpiter. Este equivalente de Zeus para los griegos refiere a la preponderancia de Júpiter frente a otros planetas por su enorme tamaño.
Saturno
Contiguo a Júpiter, recibió el nombre del padre de aquel dios. Los romanos no fueron tan ingeniosos con Saturno.
Urano
El astrólogo Johann Elert propuso llamarlo así como un reconocimiento a Urano, padre del dios griego de los cíclopes y los titanes Cronos.
Neptuno
Neptuno es el dios de la mitología romana, proveniente de la mitología griega, que designa al octavo planeta del Sistema Solar.
¿Y qué pasa con el Sol?
Por último, la palabra «sol» proviene del latín sol, que era como los romanos llamaban al astro brillante que les ofrecía la luz del día.