Curiosidades
Hogar

Ni ventiladores ni deshumidificadores: el sencillo truco casero para eliminar la humedad de tu casa

La presencia de humedad en viviendas antiguas o con escasa ventilación es una situación habitual. Este exceso de agua en el ambiente no solo deteriora muebles, ropa y paredes, sino que también puede favorecer problemas de salud relacionados con alergias o afecciones respiratorias. Por eso, buscar formas efectivas de eliminar la humedad se convierte en una prioridad.

En el mercado existen soluciones tecnológicas y químicas, pero no siempre resultan accesibles o sostenibles. Frente a este escenario, resurgen los remedios tradicionales, especialmente aquellos que aprovechan recursos básicos de la vida diaria. Uno de los más comentados en los últimos años se centra en el uso de un elemento conocido por sus propiedades absorbentes.

Así es el sencillo truco casero para eliminar la humedad de tu casa

Para emplear este truco se necesita nada más y nada menos que sal. Esto se debe a que su capacidad higroscópica le permite atraer y retener el agua presente en el ambiente. Esta propiedad ha sido empleada en diferentes culturas desde hace siglos para mantener espacios secos y libres de malos olores.

El procedimiento es sencillo. Basta con colocar entre medio kilo y un kilo de sal gruesa en un recipiente resistente, preferiblemente forrado con plástico, y situarlo en zonas donde el aire esté cargado de humedad.

Al cabo de unos días, la sal comenzará a endurecerse o incluso a disolverse, signo de que está absorbiendo el exceso de agua. Una vez saturada, debe reemplazarse para mantener la eficacia.

Este truco se utilizaba de forma habitual en países de Europa del Este, donde la sal se distribuía en armarios, rincones o zapatos para controlar la humedad ambiental. Hoy, plataformas como TikTok o Instagram han vuelto a ponerlo en circulación.

Pasos para aplicar el truco con sal

El proceso para eliminar la humedad mediante este método casero no requiere complicaciones:

  1. Seleccionar la sal adecuada: es recomendable emplear sal gruesa o sal marina, ya que su tamaño y estructura potencian el poder de absorción.
  2. Elegir recipientes: se pueden usar platos, cuencos, calcetines viejos o bolsas de tela para contener la sal. Lo importante es que permitan exponerla al aire.
  3. Ubicación estratégica: los recipientes deben colocarse en espacios donde la humedad sea más evidente, como armarios, baños, ventanas o rincones poco ventilados.
  4. Revisar periódicamente: con el paso de los días, la sal se humedece, cambia de color o se endurece. Estos signos indican que está cumpliendo su función.
  5. Reemplazar cuando sea necesario: cuando la sal se satura, se retira y se coloca una nueva tanda para seguir absorbiendo el exceso de agua en el ambiente.

Consideraciones para mantener la eficacia y eliminar la humedad para siempre

Aunque la sal puede resultar útil para eliminar la humedad en áreas pequeñas, su capacidad de absorción es limitada. Por ello, conviene combinar este remedio con otras medidas:

Estos hábitos, junto al empleo de sal, ayudan a reducir los efectos negativos del exceso de agua en el aire.

Soluciones complementarias contra la humedad

En ocasiones, además de eliminar la humedad, es necesario disimular las marcas que deja en las superficies. Para ello, se recomienda utilizar pintura antihumedad en paredes, disponible en tiendas especializadas. Antes de aplicarla, conviene limpiar la zona afectada para asegurar un mejor resultado.

Otra opción es recurrir a tratamientos preventivos que impidan la formación de manchas. Aunque los remedios caseros ofrecen un alivio temporal, los expertos insisten en que, ante problemas graves, la clave está en identificar el origen de la humedad. Fugas, filtraciones o mala ventilación son causas frecuentes que requieren soluciones estructurales.