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Ni fresas ni plátanos: la fruta que contiene mayor número de plaguicidas en España, según un informe

La exposición de la población española a sustancias químicas a través de los alimentos vivió un incremento notable en los últimos años. Los datos más recientes del Programa de Control de Residuos de Plaguicidas muestran que en 2023 se detectaron hasta 130 plaguicidas diferentes en los alimentos cotidianos, un 23% más que el año anterior.

Esta cifra representa una realidad compleja que va más allá de los límites legales establecidos. El análisis de 2.492 muestras de alimentos reveló que el 37% contenía residuos de plaguicidas, porcentaje que se eleva al 41% cuando se analizan exclusivamente frutas y verduras. Dentro de este panorama, existe una fruta que contiene mayor número de plaguicidas que cualquier otra.

¿Cuál es la fruta que contiene mayor número de plaguicidas en España?

Las mandarinas se posicionan como la fruta que contiene mayor número de plaguicidas en España, con un total de 31 sustancias químicas diferentes detectadas en las muestras analizadas. Este cítrico supera así a otros productos tradicionalmente considerados problemáticos en términos de residuos químicos.

El informe, publicado por Ecologistas en Acción, destaca que el 83,46% de las muestras de mandarinas analizadas presentaban contaminación por al menos un plaguicida.

Más preocupante resulta el dato de contaminación múltiple: el 69,29% de las mandarinas contenían residuos de dos o más sustancias químicas simultáneamente, configurando un cóctel tóxico cuyos efectos combinados permanecen desconocidos.

Entre los plaguicidas detectados en mandarinas se identificaron:

El problema de la contaminación múltiple en cítricos

La mandarina no solo destaca por la variedad de sustancias detectadas, sino por la intensidad de la contaminación múltiple. En el caso más extremo, una muestra individual de mandarina contenía residuos de 9 plaguicidas diferentes, igualando el récord de contaminación junto con muestras de pimiento y pera.

Esta situación de exposición combinada genera efectos sinérgicos desconocidos. La normativa actual evalúa la toxicidad de cada sustancia por separado, sin considerar las interacciones entre múltiples químicos que llegan simultáneamente al organismo.

Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente demostró que la mezcla de cinco plaguicidas comunes produce efectos superiores a la simple suma de sus efectos individuales.

Los cítricos, y especialmente las mandarinas, concentran esta problemática debido a varios factores:

Disruptores endocrinos: la amenaza invisible en las mandarinas

La mandarina presenta una concentración particularmente elevada de disruptores endocrinos, sustancias químicas capaces de alterar el funcionamiento del sistema hormonal. Esta fruta acumula 18 de estas sustancias, que pueden afectar el desarrollo, la reproducción y múltiples funciones metabólicas.

Entre los disruptores endocrinos más frecuentes en mandarinas se encuentra el imazalil, un fungicida utilizado en 341 muestras de frutas pese a sus efectos genotóxicos y su impacto sobre el desarrollo.

Esta sustancia, además de alterar el sistema hormonal, presenta características que la convierten en especialmente preocupante para la salud pública.

La exposición a estos químicos resulta especialmente crítica en grupos vulnerables como mujeres embarazadas, lactantes y menores. Los efectos pueden manifestarse incluso a concentraciones muy bajas, y la exposición durante etapas críticas del desarrollo puede tener consecuencias a largo plazo.

Origen de los plaguicidas en las mandarinas y medidas de protección

El análisis del origen de las mandarinas contaminadas revela que tanto la producción nacional como las importaciones presentan niveles de contaminación similares.

Sin embargo, existen diferencias en el tipo de sustancias detectadas: los productos importados muestran mayor presencia de plaguicidas no autorizados (más tóxicos), mientras que los nacionales concentran más disruptores endocrinos y candidatos a la sustitución.

Para reducir la exposición a estos químicos, los expertos recomiendan priorizar el consumo de productos de temporada y origen local, que permiten evitar parte de los tratamientos aplicados para conservación y transporte a grandes distancias. No obstante, el informe subraya que el acceso a alimentos libres de tóxicos debe considerarse un derecho, no un privilegio.