Lengua

Ni andaluz ni catalán: la lengua que se hablaba en el sur de España

Ni andaluz ni catalán: la lengua que se hablaba en el sur de España
Niño con una profesora hablando.
Gemma Meca
  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

En el sur de España se hablaba una lengua que quizás hasta ahora no habíamos ni escuchado hablar, no es ni andaluz ni catalán. Nuestro país tiene una gran variedad de lugares que podemos visitar y con los que nos vamos a sentir especialmente bien, de la mano de determinados detalles que pueden ser claves. Habrá llegado ese momento en el que queremos saber un poco más de estas zonas, pero también de su gente. La lengua es un elemento fundamental que puede acabar siendo el que marque la diferencia.

Por lo que, debemos empezar a pensar en lo que está pasando y todo lo que podemos conseguir con algunos detalles que realmente puede acabar siendo el que marque una diferencia importante. La lengua va ligada a la historia del territorio, el sur de España ha sido un lugar de acogida, por lo que ha tenido que hacer frente a una serie de elementos que pueden acabar siendo lo que marque un antes y un después. Por lo que, el elemento puede acabar siendo lo que nos afecte, en el sur de España, no era el andaluz la lengua, pero tampoco era el catalán.

Ni catalán ni andaluz

El andaluz podría ser tratado como una lengua propia, aunque no lo es. La forma de hablar del sur del país se ha convertido en todo un ejemplo de mezcla cultural. Siendo una zona que posee, como todas, unas palabras propias, pero también siendo un lugar que debemos empezar a tener en cuenta.

Habrá llegado ese momento en el que debemos empezar a ver esta historia que es la que acaba generando un antes y un después. No sólo es lo que vemos en el terreno, también puede acabar convirtiéndose en la base de una serie de elementos que quizás debemos conocer y que pueden acabar siendo los que marquen una diferencia significativa en muchos aspectos.

El catalán fue en su día un pequeño imperio que se extendió por la península y más allá del Mediterráneo. Uno de los territorios que pudo hacer frente a la dominación musulmana, pero también con ciertos detalles que pueden llegar a ser los que marquen un antes y un después.

Llega un importante cambio de rumbo que puede acabar siendo el que marque un antes y un después. Por lo que, debemos tener en cuenta algunos elementos que son claves del pasado en el sur de España y dar lugar a una cultura y lengua diferente.

La lengua que se hablaba en el sur de España

Si nos remontamos a la historia del Al- Andaluz y a ese territorio en el que apareció un resumen de grandes aspectos que debemos conocer y que quizás acabe siendo lo que marque un antes y un después. Es esta lengua la que acabaría siendo un referente que en su día acabaría siendo el que marque un antes y un después

Siguiendo a la historia del Al-Andaluz: «La lengua árabe –y todas las manifestaciones culturales asociadas a ella– emerge así como un marcador de diferenciación de primer nivel en al-Andalus, utilizado incluso por los propios cristianos que habitaban en territorio andalusí: cuando Álvaro de Córdoba, en su Indiculus Luminosus, critica a sus correligionarios por preferir el árabe en vez del latín, el elemento diferenciador que destaca es la lengua. Asimismo, en los diccionarios biográficos andalusíes, una de las críticas habituales entre ulemas y, por tanto, un marcador de diferenciación entre ellos, era el grado de conocimiento del árabe. La “cristianización” historiográfica del término “mozárabe” referido a al-Andalus propicia que se puedan perder esos matices en torno al uso de la lengua por los diferentes grupos sociales andalusíes y a su significación como elemento de contraste. Esto no quiere decir, por supuesto, que la religión no estableciese fronteras entre comunidades en al-Andalus, aunque lo más probable es que el término “mozárabe” no las recogiese. En el caso cristiano, Eva Lapiedra ya recogió en su Cómo los musulmanes llamaban a los cristianos hispánicos (Alicante, 1997) todos los términos que en las crónicas árabes se referían a ellos, destacando como referencia religiosa el de naṣrānī, nazareno/cristiano».

Siendo una comunidad más amplia de lo que nos imaginamos: «Si bien no hemos conservado ningún texto andalusí que nos ayude a comprender cómo era utilizado este término, sí sabemos cómo se definía en el Oriente islámico medieval: al-Azharī, lexicógrafo iraquí del siglo X, describió al musta’rib, de donde probablemente derivaría el término mozárabe, como “aquel que no es de ascendencia puramente árabe pero que se ha introducido entre los árabes, habla su lengua e imita su apariencia”. La palabra, por tanto, estaba desprovista de cualquier significación religiosa, designando “tan solo” al arabizado lingüística y culturalmente. Creo que esta idea es la que debe guiar nuestra concepción en torno a la “comunidad de mozárabes” de al-Andalus, rompiendo así el binomio cristianismo/arabización que hasta ahora ha perdurado. Es decir, los cristianos andalusíes eran, en su mayoría, mozárabes, pero no eran los únicos mozárabes. Los judíos arabizados también lo eran, al igual que los bereberes islamizados y arabizados, o los hispanos convertidos al islam y, una vez más, arabizados. Dicho de otro modo, los mozárabes andalusíes eran aquellos individuos caracterizados por su arabización, independientemente de su religión».

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