Curiosidades
Calefacción

Jamás tires esto a la basura: sirve para no poner nunca más la calefacción

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El invierno trae consigo la necesidad de mantener la casa caliente, pero en muchos casos, esto significa un aumento considerable en el gasto de la calefacción, lo que se traduce en facturas más altas y un mayor consumo de energía. Sin embargo, existe un truco finlandés poco conocido que puede ayudarnos a reducir, e incluso eliminar, la necesidad de encender la calefacción: el plástico de burbujas. Sí, ese material que comúnmente asociamos con el embalaje y que muchos disfrutan explotando como una forma de entretenimiento, resulta ser un excelente aislante térmico cuando se usa de la manera adecuada. No sólo es una solución económica, sino también ecológica, ya que permite reutilizar un material que de otro modo podría acabar en la basura.

El plástico de burbujas es un excelente aislante térmico gracias a las burbujas de aire atrapadas entre las capas de plástico, que actúan como una barrera para impedir la transferencia de calor. Esto ayuda a mantener el calor dentro de casa y evitar que el frío entre desde el exterior. Al ser un material liviano y fácil de usar, es una solución práctica y accesible para mejorar el aislamiento del hogar. Muy utilizado en Finlandia, ha demostrado reducir significativamente la necesidad de calefacción, siendo especialmente útil en zonas con inviernos muy fríos.

El truco finlandés para calentar la casa en invierno

Uno de los principales puntos de fuga de calor en una casa son las ventanas. A pesar de utilizar cortinas gruesas o ventanas de doble acristalamiento, las ventanas más antiguas o mal selladas pueden dejar escapar el calor. Aquí es donde entra en juego el truco finlandés con plástico de burbujas, un método muy simple al alcance de todo el mundo. Todo lo que necesitas es una lámina de plástico de burbujas y un poco de agua.

Para empezar, limpia bien la ventana. Es fundamental que la superficie esté completamente limpia y seca para que el plástico se adhiera correctamente. A continuación, corta el plástico de burbujas a la medida de la ventana. Es importante que las burbujas queden hacia el vidrio, ya que es esta cara la que creará la capa aislante que reducirá la fuga de calor.

Luego, humedece la ventana con un poco de agua. No es necesario aplicar demasiada, solo lo suficiente para que el plástico se adhiera. Al presionar el plástico de burbujas contra el vidrio, el agua actuará como un adhesivo temporal, evitando el uso de pegamento o cinta adhesiva.Por último, ajusta los bordes para asegurarte de que no haya huecos entre el plástico y la ventana, evitando así fugas de calor. Si es necesario, puedes cortar trozos adicionales para cubrir los espacios.

Este truco tan sencillo puede marcar una gran diferencia, ya que bloquea el aire frío y reduce la pérdida de calor, manteniendo el calor más tiempo y disminuyendo la necesidad de usar la calefacción.

Otros usos del plástico de burbujas

El plástico de burbujas no sólo es útil para aislar ventanas, sino que también tiene otros usos efectivos para mantener el calor en el hogar durante el invierno. Uno de los usos más comunes es cubrir superficies como puertas de cristal o tragaluces, que también suelen ser puntos de fuga de calor. Al aplicar el plástico de burbujas sobre estas zonas, se crea una capa aislante adicional que ayuda a conservar la temperatura interior.

Asimismo, el plástico de burbujas se puede utilizar para aislar objetos, como muebles o electrodomésticos cercanos a ventanas o paredes exteriores. Al cubrirlos con este material, se evita que el frío que penetra por estas zonas se transfiera a los objetos y, a su vez, se mantiene una temperatura más constante en la habitación.

Finalmente, el plástico de burbujas es ideal para proteger plantas delicadas durante el invierno. Al envolver las macetas o las bases de las plantas, se protege a las raíces del frío y se mantiene un ambiente más cálido, ayudando a su supervivencia en climas fríos.

El uso de plástico de burbujas como aislante térmico es una opción económica y sostenible que permite mejorar la eficiencia energética del hogar. En lugar de desecharlo tras recibir un paquete, reutilizarlo no solo ayuda a ahorrar en calefacción, sino que también reduce el impacto ambiental al evitar que este material termine en un vertedero. Al disminuir el consumo de energía, se contribuye a la lucha contra el cambio climático, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas a la calefacción.

El truco finlandés es una solución sencilla y efectiva para combatir el frío durante el invierno. En pocos minutos y con un poco de ingenio, puedes utilizar plástico de burbujas para transformar ventanas, puertas y otras superficies en barreras contra las bajas temperaturas, manteniendo el calor sin depender tanto de la calefacción. Así, se convierte en una medida muy valiosa para optimizar el aislamiento y promover un estilo de vida más sostenible.