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Los expertos no dan crédito: el centro de la Tierra empieza a escupir oro y cambia el rumbo de su futuro

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante décadas, la humanidad ha creído que el centro de la Tierra era una región totalmente inaccesible, una frontera infranqueable donde yacían secretos imposibles de alcanzar. Sin embargo, una investigación llevada a cabo por científicos alemanes ha hallado evidencias sorprendentes de que materiales provenientes del núcleo podrían estar emergiendo poco a poco hacia la superficie, transportados por los volcanes. Entre estos materiales se encuentra nada menos que oro, además de otros metales preciosos.

La clave de esta investigación está en la detección de trazas de oro y rutenio en rocas volcánicas de origen profundo, especialmente en zonas como Hawái. Los datos sugieren que estos materiales tienen un origen mucho más profundo de lo que se creía posible, concretamente en el límite entre el núcleo y el manto terrestre. Gracias a nuevas técnicas de análisis isotópico, los investigadores han podido demostrar que el núcleo no está completamente aislado y que, bajo determinadas condiciones, puede liberar parte de sus elementos a la superficie.

El centro de la Tierra: un tesoro que empieza a salir a la luz

Se calcula que menos del 0,1% del oro total del planeta está en la corteza terrestre, al alcance de la tecnología actual. ¿Y el resto? Descansa enterrado a profundidades de más de 3.000 kilómetros, en las entrañas del núcleo terrestre, según la Universidad de Gotinga.

A pesar de que esa vasta cantidad de oro parecía condenada a permanecer enterrada para siempre, recientes investigaciones han sacudido este paradigma. Un equipo de geoquímicos alemanes ha demostrado que existe una forma en la que parte de este material valioso puede alcanzar la superficie.

Las erupciones volcánicas, que durante siglos se han percibido como fenómenos destructivos, también podrían ser portadoras de tesoros ocultos. En particular, los flujos de lava analizados en Hawái han revelado rastros de metales preciosos que, por sus características isotópicas, no podrían provenir únicamente del manto superior, sino que tendrían su origen en el núcleo-manto.

Una firma química imposible de ignorar

El hallazgo clave se basa en un isótopo del rutenio: el 100Ru. En el centro de la Tierra, este isótopo aparece en proporciones distintas a las del manto terrestre. La investigación reveló una concentración inusualmente alta de 100Ru en las rocas volcánicas extraídas, lo que apunta directamente a una conexión entre el núcleo y el manto profundo. Esta diferencia, imperceptible hasta hace poco, se ha podido detectar gracias a técnicas de medición isotópica desarrolladas recientemente.

El doctor Nils Messling, del Departamento de Geoquímica de la Universidad de Gotinga, aseguró que estos resultados confirman la presencia de material proveniente del núcleo que se está filtrando hacia el manto. Dicho proceso, aunque extremadamente lento y limitado, podría haber estado ocurriendo durante millones de años sin que lo supiéramos.

Su compañero, el profesor Matthias Willbold, va más allá y afirma que esta evidencia demuestra que el centro de la Tierra no es una esfera completamente sellada, como se pensaba. En cambio, parece estar interactuando con el manto en ciertos puntos, permitiendo que materiales pesados y raros asciendan en dirección a la corteza, transportados por las corrientes convectivas y los magmas profundos.

La puerta a un tesoro inalcanzable

Sin embargo, este descubrimiento no significa que se vayan a abrir minas para extraer oro directamente del núcleo terrestre. Las cantidades detectadas en las rocas son minúsculas y su extracción, de momento, no es rentable ni viable desde el punto de vista técnico. Sin embargo, el valor científico del hallazgo es incalculable.

En primer lugar, porque proporciona una prueba directa de que el núcleo y el manto no están completamente aislados entre sí, lo cual cambia la manera en la que entendemos la dinámica interna del planeta. En segundo lugar, porque ofrece nuevas perspectivas sobre el origen y la formación de ciertos tipos de islas volcánicas, como Hawái, que podrían tener un papel clave en el transporte de estos materiales desde las profundidades.

Además, la presencia de oro y otros metales preciosos en estas zonas volcánicas abre la puerta a investigaciones más exhaustivas en otras partes del mundo con características similares. Tal vez, en el futuro, se puedan identificar patrones que permitan anticipar qué regiones podrían tener una mayor concentración de estos elementos.

Un planeta más dinámico de lo que se creía

El hecho de que materiales del núcleo puedan ascender lentamente hasta zonas superficiales gracias a los volcanes implica que la Tierra es mucho más activa, cambiante e interconectada de lo que la mayoría de los modelos geológicos planteaban. Este descubrimiento sugiere que el planeta tiene formas, aunque limitadas, de redistribuir sus propios elementos esenciales desde el núcleo hacia la superficie, lo cual podría haber tenido implicaciones importantes en su evolución y habitabilidad.

En palabras del doctor Messling, «nuestros hallazgos abren una perspectiva completamente nueva sobre la evolución de la dinámica interna de nuestro planeta». Y es que, aunque el oro sea el elemento que más atención atraiga, el verdadero valor de esta investigación está en lo que revela sobre los mecanismos internos de la Tierra y la conexión entre sus capas más profundas y la vida en la superficie.