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Agua flotante: el invento de un español contra los ahogamientos

Su nombre es Antonio Ibáñez de Alba y nació en Chiclana de la Frontera, Cádiz y es el inventor del agua flotante.

El año pasado 481 personas fallecieron ahogadas en toda España. De ellas, 24 tenían menos de 14 años y sus muertes. Son accidentes que se podían haber evitado, pues se deben a despistes y a la falta de prevención. Para mitigar este problema, lo mejor es poder evitarlo, y también poner en marcha el agua flotante, un invento de un español para evitar ahogamientos en las piscinas.

Antonio Ibáñez es el inventor, un ingeniero que lo que quiere es, precisamente, acabar con el ahogamiento de los niños, que, como hemos visto, son una buena parte de los que tienen accidentes mortales en la piscina.

Ir a la piscina contribuye un día de ocio en el que pasárselo muy bien. Ahora bien, es verdad que ante cualquier despiste, ya es suficiente para que tenga lugar una tragedia. Y esto preocupa al inventor del agua flotante. Pero no es el primer invento que desarrolla para evitar este gran problema.

El primero fue una piscina antiahogo que consistía en un suelo que se elevaba cuando un peso permanecía un tiempo determinado. Luego vino el agua flotante, que para hacerla posible, ha recurrido a productos que la hacen inocua y con ello se aumenta la densidad del agua para aumentar la flotabilidad.

Para hacer más densa el agua de la piscina se ayuda de productos naturales, como los que habitualmente se usan en champús o geles, pero sin sal. Y aunque la persona que se bañe quede boca abajo, la presión del aire de la caja torácica hace girar el cuerpo, impidiendo que trague agua.

Aunque es un buen invento, el ingeniero español establece que no por ello los niños están del todo seguros en la piscina, pues es responsabilidad de los padres cuidar y estar atentos de sus hijos mientras se bañan. Es decir, no hay que dejarlos nunca solos y debemos fijarnos en todo lo que hacen.

Ibáñez sigue en su periplo de inventos y hasta ha creado un avisador de ahogamientos. Se trata de una serigrafía incolora que se aplica en la nuca y controla el tiempo en que una persona está inmerso en el agua. Entonces suele avisar cuando se pasa el tiempo previsto dentro del agua.