Conoce el origen de la imprenta
El origen de la imprenta está estrechamente ligado a su inventor, el alemán Johanes Gutenberg, el que fuera el inventor de la imprenta moderna. Vamos a conocer los orígenes de un aparato que cambió para siempre la historia. Todos en mayor o menor medida nos hemos visto beneficiados de este gran invento.
¿Cuándo y de qué forma fue el origen de la imprenta?
Hasta que la inventa Gutenberg, los libros y demás tipos de documentos eran preservados y difundidos haciendo copias de forma manuscritas que por lo general las hacían los monjes. El caso es que tener que estar copiando a mano los escritos era una tarea trabajosa y demasiado lenta.
En la Historia hay antecedentes en los años 440 a.C y 430 a.C por parte de los romanos, que solían usar sellos que se dedicaba a imprimir sobre objetos realizados en arcilla.
Si vamos a la impresión en papel, los primeros que pensaron en buscar una solución a todo esto fueron los chinos. Para ello hay que remontarse a la Edad Media, siglo X, donde inventaron un aparato en el que se insertaban de manera individual letras de barro cocido en una plancha realizada en madera, que después de entintarla, se plasmaban los caracteres elegidos sobre las propias hojas de papel.
A pesar de estos avances, hubo que esperar hasta el año 1440 aproximadamente para que naciera la imprenta moderna de tipos metálicos y móviles. Gutenberg lo que hizo fue intercambiar las tablillas clásicos por moldes de madera con la totalidad de letras del alfabeto que después rellenaron con plomo.
En cuanto las letras, quedaron sujetas con un soporte móvil que el inventó, la resistencia y velocidad con que se realizaba la impresión hicieron que pasase a ser un invento revolucionario para el mundo de la cultura, permitiendo la difusión masivamente de la literatura que hasta ese momento era patrimonio de unos pocos.
El proceso de impresión que tenía la imprenta de Gutenberg
Su sistema no era complejo. De lo que se trataba era de hacer pequeñas piezas de metal con letra o signo en relieve y a la inversa a la hora de elaborar el texto. Solo tenía que componerse una vez únicamente para la creación de todas las copias.
Los tipos estaban compuestos de plomo antes fundidos en un horno. El plomo pasaba a verterse en un molde con letras y signos y después era pulidos. El compositor lo que hacía era introducir estos tipos en cajas de madera mediante la formación de columnas. En cuanto se hacía el texto, la composición pasaba a entintarse. Esto consistía en impregnar los tipos mediante aceite y hollín. La composición procedía a calcarse en papeles y se dejaba que se secaran.
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