¿Cómo nos afecta el calor en verano?
El calor que hace en verano puede llegar a afectar a nuestro cerebro haciendo que nos sintamos más nerviosos, menos concentrados y más agresivos.
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El próximo 21 de junio comenzará de forma oficial el verano, por lo que seguro que tienes ganas de que pasen estos días para poder reencontrarte de nuevo con el sol, las vacaciones y el poder descansar un poco pero ¿has tenido en cuenta que también en verano nos llegamos a sentir mal? De hecho algunas dolencias son propias de esta época debido al calor de modo que para poder prevenir, nada como saber cómo nos afecta el calor en verano.
¿Cómo nos afecta el calor en verano?
Con la llegada del verano, nuestro cuerpo se ve afectado por el cambio de temperatura. Ya a finales de marzo aparecen las primeras señales, con el cambio de hora y el paso al horario de verano. Los días se alargan, hay más luz, pero dormimos menos. El ritmo de vigilia-sueño cambia y, en promedio, el cuerpo necesita quince días para adaptarse. Un verdadero problema para quienes siempre han luchado contra los trastornos del sueño.
Para los casos más graves, cuando los tés de hierbas y las infusiones no son suficientes, se necesita una terapia con medicamentos específicos . En verano, los problemas pueden incluso aumentar. Estamos más irritables y nerviosos. Incluso se reduce lo que los psicólogos definen como el «umbral de tolerancia al estrés». Solemos ser menos lúcidos y constantes en muchas actividades que realizamos sin esfuerzo en otras épocas del año.
Los efectos del calor a nivel psicológico
Pensar en el verano nos carga de positividad porque lo relacionamos siempre con las vacaciones, estar con amigos, salir, la playa o relajarse, pero luego llega el auténtico verano con su calor y sus días largos y llenos de sol y para muchos, es toda una tortura . Y no se trata solo de problemas de sudoración o sensación de letargo. El calor actúa negativamente en nuestra mente.
De hecho, el calor, asociado a un alto nivel de humedad, afecta negativamente el funcionamiento cognitivo, provocando también trastornos del comportamiento. Tendemos a esta más nerviosos y de mal genio.
Todo esto sucede porque el cerebro está más fatigado, recibe menos energía en forma de glucosa. De hecho, se ahorra las necesidades del cerebro porque se usa mucha energía para regular la temperatura interna del cuerpo.
Pero con poco «combustible», el «motor» de nuestro cuerpo, que es el cerebro, no funciona como debería. Los efectos del calor en nuestra mente se manifiestan de muchas formas. Nos sentimos más cansados y menos concentrados. Tenemos poca claridad para analizar hechos o para afrontar situaciones más complicadas. Estamos más angustiados, estresados y brevemente irritados.
El cuerpo se defiende del calor excesivo aumentando la producción de adrenalina y testosterona. Pero entre las consecuencias de esta acción se encuentran los comportamientos más agresivos y violentos.
Qué hacer para evitar sentirse mal en verano
Somos muchos los que nos sentimos así en verano y en gran parte es culpa del calor. Sin embargo, se puede combatir siguiendo algunos consejos útiles. Es importante beber mucha agua y seguir una dieta sana y equilibrada, rica en frutas, verduras y hortalizas. Son alimentos valiosos porque contienen cantidades apreciables de vitaminas, fibras y sales minerales.
Evidentemente evitar el calor en horas punta ayudará a que nos sintamos mejor. No nos vayamos a la playa después de comer o a las 12 del mediodía porque además de hacer que nos sintamos mal, es un auténtico riesgo para nuestra salud.
Procura una buena ventilación en casa, el uso de aires acondicionados o ventiladores en las horas de más calor y aunque dormir sea un suplicio en verano, intenta descansar todo lo que puedas para «recargar» realmente las «pilas» que necesitas para poder seguir adelante.
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