Cómo lavar los estores de tela en la lavadora sin cargártelos: el truco que casi nadie conoce
En la rutina habitual de limpieza del hogar, hay elementos que tienden a pasar desapercibidos hasta que, casi sin darnos cuenta, empiezan a acumular polvo, manchas y malos olores, como los estores de tela. Estos elementos decorativos no sólo cumplen una función estética al vestir la ventanas, sino que también protegen del sol y aportan calidez a los espacios. Sin embargo, con el paso del tiempo, el contacto con el ambiente y la falta de mantenimiento adecuado hacen que pierdan su frescura y aspecto original, razón por la cual es interesante saber cómo lavar los estores de tela en la lavadora sin dañarlos.
Antes de meter los estores en la lavadora, el primer paso (y uno de los más importantes) es identificar el tipo de tejido con el que están confeccionados. Los estores plegables y aquellos fabricados con telas convencionales como visillos, algodón o poliéster, por lo general, se pueden lavar a máquina. Sin embargo, los tejidos técnicos, los resinados, los opacos o aquellos tratados con acabados especiales requieren una limpieza más delicada a mano.
El mejor truco para lavar los estores de tela
Una vez que has verificado que tu estor es apto para lavadora, toca desmontarlo. Desmonta el mecanismo con cuidado y, si es posible, haz fotos del proceso para que luego sea más fácil volver a montarlo.
A continuación, extiende el estor sobre una superficie limpia, como una mesa grande o el suelo cubierto con una sábana, y revisa si hay manchas localizadas. Para eliminarlas, puedes preparar una solución casera muy eficaz con agua tibia, jabón neutro (como el de manos o un detergente suave) y unas gotas de vinagre blanco de limpieza. Humedece una esponja suave o un cepillo de cerdas delicadas con esta mezcla y frota suavemente la zona manchada. Deja actuar la solución durante 10 minutos y, después, retira el exceso con un paño o bayeta ligeramente húmeda.
Con el estor libre de manchas, llega el momento de prepararlo para meterlo en la lavadora. Lo ideal es doblarlo cuidadosamente, sin apretarlo en exceso, para que no se formen arrugas profundas que luego sean difíciles de quitar. Si es muy largo o voluminoso, puedes enrollarlo en lugar de doblarlo.
A continuación, introdúcelo dentro de una bolsa de lavado grande (las que se usan para prendas delicadas) o, en su defecto, una funda de almohada con cremallera o anudada. Esta protección evitará que el tejido se roce con el tambor de la lavadora o con otras prendas si lavas más cosas al mismo tiempo.
Este punto es fundamental para mantener el tejido en perfectas condiciones. Debes elegir un detergente suave, preferiblemente líquido y sin lejía ni agentes blanqueadores. Evita los suavizantes, ya que pueden dejar residuos que afecten la textura del tejido o atraer más polvo una vez colgados.
En cuanto al programa, selecciona uno específico para ropa delicada o tejidos sintéticos, que suela durar entre 30 y 40 minutos. A la hora de lavar los estores de tela, aegúrate de que la temperatura sea fría o como máximo 30 °C y desactiva la opción de centrifugado o usa el modo más suave disponible. Recuerda que el centrifugado puede provocar deformaciones en el tejido, sobre todo si es fino o lleva algún tipo de refuerzo interno.
Cuando termine el ciclo de lavado, no retuerzas ni estrujes la tela. Lo mejor es sacar el estor con cuidado, dejar que escurra el exceso de agua durante unos minutos y extenderlo completamente sobre una superficie limpia y plana. Puedes usar una mesa larga, una cama con sábanas limpias o incluso el suelo protegido con una toalla.
Consejos adicionales
Mantener los estores en buen estado entre lavados es clave para que luzcan siempre bien y no acumulen suciedad innecesaria. Una de las acciones más sencillas y efectivas es aspirarlos regularmente usando un cepillo suave o un plumero. Éste simple gesto, realizado una vez por semana, ayuda a evitar que el polvo se incruste en el tejido, especialmente si vives en una zona con mucha contaminación o en una casa con mascotas.
También es fundamental ventilar las estancias a diario, al menos durante unos minutos, para renovar el aire y evitar que la humedad o los malos olores se adhieran a los tejidos. Una buena ventilación previene la aparición de moho, especialmente en épocas frías o en ambientes con poca luz natural.
Además, es importante evitar que los estores estén expuestos al humo, la grasa o vapores de cocina, ya que estos se impregnan fácilmente en la tela y son mucho más difíciles de eliminar, incluso con lavados intensivos. Si los estores están cerca de la cocina, conviene protegerlos o elegir tejidos que se limpien fácilmente.
Con una serie de cuidados sencillos, puedes lograr que tus estores se mantengan impecables durante mucho más tiempo. Incorporar estos hábitos en tu rutina de limpieza es la mejor forma de conservarlos bonitos, funcionales y libres de suciedad sin esfuerzo.
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