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Álvaro Pedrera, experto en jardinería: «Regar las plantas una vez a la semana es un error»

Hay gestos que se repiten de forma automática, como regar las plantas cada domingo o miércoles, sin preguntarse si realmente lo necesitan. Esta práctica, convertida en costumbre, parte de la idea de que la regularidad equivale al cuidado, pero no siempre es así. Las plantas no entienden de calendarios, y su entorno cambia mucho más rápido de lo que el ojo percibe.

El creador de contenido Álvaro Pedrera, especializado en jardinería, advierte en un video que esta especie de rutina semanal es uno de los errores más comunes en el mantenimiento de las plantas. Cabe aclarar que bajo el alias @ypikue en TikTok, Pedrera ha ganado notoriedad por desmentir mitos y compartir consejos basados en la observación del entorno vegetal.

¿Por qué regar las plantas una vez por semana puede ser un error?

«El riego semanal es uno de los errores que más plantas se ha cargado», asegura Pedrera. El problema no está en la acción de regar, sino en la falta de atención a los signos que emite la planta. Cada especie tiene un ritmo de hidratación diferente, y este depende de múltiples factores: el tipo de maceta, la composición del sustrato, la luz que recibe o la época del año.

Seguir el calendario sin tener en cuenta estos elementos puede provocar un exceso de agua, uno de los mayores enemigos del crecimiento vegetal. Cuando el sustrato se mantiene húmedo durante demasiado tiempo, las raíces pierden oxígeno, se pudren y dejan de absorber nutrientes.

Los síntomas suelen aparecer después: hojas amarillentas, tallos blandos o una capa de moho en la superficie del sustrato.

Pedrera subraya que el regar las plantas de forma automática se convierte en un ciclo difícil de romper: «Vas a tu calendario, ves que toca regar, y lo haces sin más. Ahí empieza el problema».

El exceso de agua, una amenaza silenciosa

El exceso de agua no siempre muestra consecuencias inmediatas. Según el especialista, los daños suelen manifestarse durante los cambios de estación o tras un trasplante, cuando la planta atraviesa un momento de mayor vulnerabilidad. En esas fases, un riego innecesario puede provocar el deterioro de las raíces o el debilitamiento del follaje.

Las señales de alarma más frecuentes incluyen hojas caídas, color amarillento o una textura blanda en la base del tallo. Además, la tierra puede desprender un olor desagradable debido a la descomposición del material orgánico.

Para evitarlo, el experto recomienda desarrollar la observación como principal herramienta de cuidado. Antes de regar las plantas, conviene revisar si la tierra está seca o húmeda, comprobar el peso de la maceta y observar el estado de las hojas.

Estas son algunas claves para evitar el exceso de agua:

Cada planta tiene su propio ritmo

No todas las especies requieren la misma frecuencia de riego. Las plantas de zonas áridas, como los cactus o las suculentas, necesitan menos agua y toleran mejor la sequía. En cambio, las tropicales, como las calateas o las monsteras, precisan un ambiente constantemente húmedo.

En el punto intermedio se encuentran las especies que agradecen un regar las plantas constante pero moderado, preferiblemente mediante goteo o pulverización, para evitar la aparición de hongos.

Otro factor clave es la edad de la planta: los ejemplares jóvenes necesitan más agua porque se encuentran en pleno crecimiento y desarrollo radicular.

¿Cuándo toca regar las plantas?

Los especialistas coinciden en que la mejor forma de determinar cuándo regar es analizar el sustrato y la respuesta de la planta. Introducir un dedo en la tierra y comprobar si está seca sigue siendo uno de los métodos más eficaces y sencillos. Si aún conserva humedad, es mejor esperar unos días.

Otras señales útiles son el aspecto de las hojas (si pierden firmeza o se curvan hacia abajo) y el peso de la maceta. Una planta bien hidratada mantiene su estructura firme y un tono uniforme, mientras que la deshidratación se nota en la textura y color de las hojas.

Así, cambiar la mentalidad de regar porque toca por regar cuando lo necesita es, según Pedrera, la clave para mantener un equilibrio saludable.