Cultura
Salón del Arte Moderno de Madrid

De Nueva York a Madrid: el último viaje de un inédito Manolo Valdés de 330.000 euros

Afortunadamente, el artista Manolo Valdés (Valencia, 1942) no ha tenido que ser visitado por las Parcas par saborear el triunfo y la aceptación del mercado del arte. Tampoco ha tenido que optar por la provocación extrema a la hora de acometer su producción para llamar la atención del público, ni siquiera cuando formaba parte de Equipo Crónica (1965-1981) y dedicaba su obra a la denuncia social por la falta de libertades durante el Franquismo y los primeros años de la Transición española.

La obra del valenciano, al que sus padres permitieron formarse como artista plástico sin ninguna oposición, donde predomina la figura femenina por encima de cualquier otra, es una de las favoritas de los coleccionistas nacionales e internacionales y así lo prueba la gran presencia de su producción en la primera edición del Salón de Arte Moderno de Madrid (SAM) que se celebra en Madrid. Una feria comercial que, tal y como afirma Jorge Alcolea, galerista y director del citado espacio, “no compite con ARCO ni con otras ferias porque sólo tenemos artistas de primeras y segundas vanguardias. Tenemos la calidad de las piezas que se pueden ver en los museos, pero, además, se pueden comprar”.

Alcolea, director del SAM: «Tenemos la calidad de las piezas que se pueden ver en los museos, pero, además, se pueden comprar”

Pero, de entre todas las piezas firmadas por Valdés, hay una obra que sobresale con respecto a todas las demás porque es inédita, jamás ha sido expuesta anteriormente en ninguna parte porque ha llegado directamente desde el taller que el artista posee en Nueva York hasta el stand de la galería Alcolea Nonell del SAM de la calle Velázquez. Una obra de gran formato bajo el nombre de Ocre, blanco, naranja y espejo’ (NY, 2018) donde Valdés ha recreado una cabeza femenina, como viene siendo casi una obsesión en su obra desde hace décadas, elaborada con una técnica de collage donde el valenciano ha usado madera resquebrajada, pintura plástica y espejos fracturados.

Una pieza plagada de esas pistas involuntarias que dejan los artistas con un lenguaje propio muy marcado, y Valdés lo tiene, que hacen muy reconocible su autoría. Una vez más, como viene siendo casi una obsesión a lo largo de su carrera, Valdés representa una cabeza femenina que evidencia el amplio conocimiento que el pintor tiene de los diferentes periodos de la Historia del Arte. Una capacidad, por otro lado, que le han dado una maestría total para reinterpretar obras como ‘Las Meninas’ de Velázquez. “No sé enfrentarme directamente a un paisaje, de hecho, muy pocas veces lo hago, pero sí a las obras de artistas clásicos como Cézanne o Velázquez”, ha comentado Valdés en varias ocasiones.

La amplia presencia de Valdés en el SAM no desvirtúa ni erosiona la valoración de su obra en el mercado del arte, todo lo contrario. Alcolea explica que “ahora hay una demanda muy fuerte de Valdés, tanto de obras de los últimos 15 años hasta ahora, porque aquí tenemos desde la ultima obra que ha pintado en Nueva York, que la hemos traído en exclusiva, hasta otras obras más clásicas”. Los precios del valenciano están en alza, aunque, según el director de SAM también se puede hablar de Tápies o Plensa, aunque, reconoce, “Valdés llama la atención de coleccionistas españoles y en Madrid pujan por tener obras suyas, la estética gusta y tiene una historia rompedora detrás de su paso por Equipo Crónica durante el Franquismo”. La producción de Valdés, que representa a las mujeres bellas como lo fueron las de Julio Romero de Torres, con otro lenguaje, naturalmente, es la predilecta por muchos coleccionistas, a pesar de que, como siempre, existen detractores de su obra por la técnica usada.

La obra de Valdés gusta mucho en el mercado nacional e internacional, y eso empuja los precios al alza.

No obstante, a Valdés, y así lo ha dicho en varias ocasiones, le gusta crear arte “para hacer amigos” y para “hacer sentir bien a la gente”, sobre todo cuando su obra sale a la calle y se entremezcla con el público. Según Ana María Trigo, experta en mercado del arte en Tasartia.com, el secreto del éxito de Valdés es que “ha sabido combinar la estética del arte contemporáneo con la del Siglo de Oro”. Por ello, prosigue, “su obra es muy atractiva y llamativa, tanto que gusta incluso a los coleccionistas que reniegan del arte contemporáneo, probablemente por sus raíces en la pintura del barroco”. Otro punto a favor, según Trigo, es que “su obra está al alcance de muchos bolsillos. Por supuesto, no todos podemos comprar una escultura o una obra original, pero su obra gráfica es excelente y se puede encontrar a un precio asequible. Sus ‘Meninas’ o su ‘Condeduque’, por ejemplo, son una buena apuesta para coleccionistas primerizos o inversores que quieran ir sobre seguro”.

Sobre el coleccionismo en España, que aún está prácticamente en ciernes, es una asignatura pendiente en nuestro país. Alcolea explica que ante ellos se abre una actividad “didáctica” porque “hay que acercar el arte al público para que fomentar el coleccionismo, aunque me dirás ‘cualquiera no se puede permitir 300.000 euros por una pieza’, bueno, sí pero igual que los coleccionistas crecen en economía, gusto y calidad, nosotros tenemos que fomentar el coleccionismo de un futuro cercano. Y esta es la doctrina que estoy dando a los galeristas, que sean pacientes, que expliquen la obra y no vayan sólo al pelotazo de una gran pieza”.