Cultura

Muere la escritora Ursula K. Le Guin, maestra de la ciencia ficción

La escritora estadounidense de literatura fantástica Ursula K. Le Guin, una de las más famosas escritoras de ciencia ficción de la historia, ha muerto a los 88 años.

Le Guin ganó fama por su serie ‘Terramar’ (‘Earthsea’), iniciada a fines de los años 60, en los que un aprendiz de brujo lucha contra los poderes del mal décadas antes de que Harry Potter hiciera lo mismo.

Escribió novelas, libros para niños, cuentos, poesía y ensayos.

«Con profunda pena la familia de Ursula K. Le Guin anuncia su muerte en paz ayer en la tarde», indica un breve comunicado publicado en su cuenta Twitter verificada.

Publicó su primera novela, ‘El mundo de Rocannon’, en 1966. Pero el éxito le llegó con la publicación en 1969 de ‘La mano izquierda de la oscuridad’, que ganó numerosos premios y se transformó en un clásico de la ciencia ficción.

«Una incertidumbre permanente e intolerable»

El planeta en el cual se basa esta novela es poco diferente de la Tierra, salvo por su clima glacial, pero los seres que la habitan son radicalmente diferentes: tienen un solo sexo y a veces asumen roles femeninos y, otras veces masculinos.

El libro plantea preguntas sobre la identidad sexual y cuestiona las reglas sociales, la cultura y la vida de ese planeta.

En la historia de las sociedades galácticas que describió, Le Guin, influenciada por el taoísmo y el anarquismo, intentó demostrar que no existía ninguna solución total y definitiva en la teología, la política, ni ninguna de las ciencias sociales pasadas o futuras.

«Lo único que hace la vida posible es una incertidumbre permanente e intolerable: no saber qué es lo que viene después», declaró una vez la novelista.

A su manera, fue una escritora comprometida y defendió las tesis de Murray Bookchin, militante ecologista libertario estadounidense fallecido en 2006 y considerado en su país como uno de los grandes pensadores de la «nueva izquierda» radical.

Mucho antes de que fuera un tema de moda, la escritora, nacida en 1929 en California e instalada en Portland desde finales de los años 1950, mostró un gran interés por las cuestiones medioambientales. Algunas de sus obras como ‘Planeta de exilio’ y ‘El nombre del mundo es bosque’ pertenecen al género ‘ecoficción’, muy en boga en los últimos años.