Cultura

El ‘Café’ del Observatorio, el espacio de análisis, diálogo y divulgación de Fundación ”la Caixa”

Una de las formas de poder entender el mundo que nos rodea es que los diferentes pensamientos dialoguen entre sí. Parar, sentarnos, reflexionar y escuchar son acciones esenciales para analizar el comportamiento social, sólo de este modo tendremos la capacidad de detectar problemas y virtudes de las personas y su manera de relacionarse.

Siguiendo esta línea reflexiva, el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa” ha impulsado el Café del Observatorio Social, un espacio digital y audiovisual de debate donde poder estudiar la actualidad de la sociedad y los retos a los que nos enfrentamos. En este lugar se dan cita diferentes expertos que tienen el fin de hacer una labor de divulgación gracias a un formato de fácil consumo y accesible para todos los públicos. 

Generar conocimiento riguroso para enriquecer el debate público

En este nuevo espacio, se tratarán diferentes temáticas relacionadas con los contenidos del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” con el fin de observar los desafíos a los que nos enfrentamos, tanto presentes como venideros.

Hasta el momento, ha habido entrevistas tan interesantes como la de Josefa Ros, filósofa e investigadora en la Universidad Complutense de Madrid, la cual versó sobre el aburrimiento, una experiencia que todos hemos experimentado. José Carlos Ruiz, profesor de Filosofía en la Universidad de Córdoba, brindaba a su auditorio su visión de cómo construimos nuestra identidad en la era digital, mientras que Míriam Juan Torres, investigadora en el Othering & Belonging Institute de UC Berkeley, reflexionó sobre la actual polarización social.

Sobre la fragilidad, con el filósofo Mèlich

La última entrevista que han ofrecido en El Café del Observatorio Social está protagonizada por Joan-Carles Mèlich, profesor de Filosofía en la Universidad Autónoma de Barcelona y relevante pensador y ensayista, que pone sobre la mesa conceptos como la fragilidad y la vulnerabilidad, así como el pudor que el ser humano siente en algunos instantes vitales de mostrar que, efectivamente, tenemos flaquezas.

A lo largo de esta reflexiva exposición, Mèlich intenta dar respuesta a preguntas tan aparentemente sencillas como la definición de fragilidad. «Es la relación que establecemos con el mundo» porque es una «relación frágil y eso significa que, en cualquier momento, se puede romper, por eso hay que cuidarla», apunta.

Expresa, además, que los «cuerpos humanos son porosos, vulnerables y abiertos al exterior. El ser humano no es un ser de interioridad, como nos han dicho muchas veces, sino de exterioridad». En este punto, Mèlich cita a Ortega y Gasset. «Yo soy yo y mis circunstancias, decía, ¿verdad? Pero esto sigue» porque, argumenta, «si las pierdo a ellas, las pierdo yo, ya que no hay un yo sin circunstancias ni relaciones». 

La tecnología posee un valor intrínseco: la prisa

Defiende que la mayoría de las cosas que pasan en la vida «no las programamos, acontecen». Por eso, nos movemos «en la incertidumbre y en un océano de indeterminación» ¿Cuándo sabemos que un camino es el correcto?, se pregunta Mèlich. «Lo sabemos después. El ser humano es un ser radicalmente aposteriorístico», apunta el filósofo.

Reflexiona, además, sobre el papel de la tecnología como una herramienta básica y esencial para vencer a la fragilidad de los seres humanos. «En la era hipermoderna, es decir, en la actualidad, la técnica se ha convertido en tecnología. Ha dejado de ser un instrumento para pasar a ser una forma de vida. En un logos, en una manera de vivir y de pensar. La palabra tecnología viene de la palabra logos, que significa ‘razón, discurso’. Hay un valor propio de la tecnología que es la velocidad o, mejor todavía, la prisa».

La prisa, cree, y así lo expresa en su charla, que ha colonizado las relaciones humanas, por tanto, argumenta que, evidentemente, esto no es el mundo. «Si hay prisa, no hay amor, no hay pater-maternidad. Si hay prisa, no hay amistad. Las relaciones humanas no se pueden construir sobre la base de la prisa, ni tampoco sobre otra característica de la tecnología: la utilidad».

«Vivimos un tiempo en el que todo el mundo busca información, pero nadie lee. No es lo mismo. Uno de los peligros del totalitarismo actual es que se muestra con un rostro amable y ese rostro, es la tecnología», concluye.

El Café del Observatorio Social, un espacio vivo y cambiante

Para disfrutar de la entrevista completa de Mèlich, así como las charlas en profundidad con expertos en diferentes disciplinas en ciencias sociales que han tenido hasta el momento en El Café del Observatorio Social, podéis entrar en este link. Se trata, además, de un espacio vivo y cambiante en el que de forma progresiva se irán añadiendo otras entrevistas que generen conocimiento y debate, apoyen la investigación y la reflexión de temas relevantes para la ciudadanía.

Desde 2019, el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa” ha destinado alrededor de 4,9 millones de euros en subvenciones a proyectos sociales y ha promovido más de 136 artículos sobre inclusión social, cultura, ciencia o educación, entre otro, y alrededor de 450 publicaciones que difunden el conocimiento de expertos en distintas áreas sociales a través de publicaciones para contribuir a una sociedad más abierta y global.

También organiza conferencias y actividades sobre temáticas sociales que se realiza de forma presencial o en streaming en los centros CaixaForum. Se abordan temas como, por ejemplo, la salud mental, el clima, la tecnología y la sociedad, la educación, el bienestar de las personas mayores, el reto demográfico o la desigualdad, entre otros.