Comunidad Valenciana
Sucesos

Venta de cadáveres en Valencia: investigan a los dueños de una funeraria por traficar con los cuerpos

Los vendían a las universidad y después los incineraban a 'bajo coste' al aprovechar que se los devolvían desmembrados

Los dos dueños de una funeraria de Valencia se tendrán que sentar en el banquillo en calidad de investigados como los presuntos cabecillas de una trama de venta de cadáveres: habrían utilizado el tanatorio para traficar con los cuerpos que recibían. La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha ordenado al juzgado que se cite a ambos a declarar.

La investigación comenzó el pasado año, cuando las autoridades tuvieron conocimiento de que el personal de la empresa funeraria se había encargado de recoger un cadáver de la morgue de un hospital de manera irregular -mediante la falsificación en el libro de registro-. Eran los restos de un ciudadano un fallecido en diciembre de 2022, al que trasladaron hasta una universidad para su estudio, en lugar de haberle dado sepultura. La Policía detuvo a los dueños y a dos empleados.

En este caso, vendieron el cuerpo por casi 1.200 euros, sin consentimiento alguno de familiares o del entorno del difunto, cuando tendrían que haberle dado un entierro de beneficencia costeado por el Ayuntamiento de su localidad. La Policía Nacional sospechó que no se trataba de un caso aislado.

Además, decidieron cambiar de repente la facultad de medicina a la que trasladarlo, dado que apareció una que pagaba más por quedárselo, y lograron engañar al personal sanitario del hospital del que lo recogieron para que firmara el destino final que más conveniente les resultaba.

Respecto al modus operandi, los fallecidos elegidos tenían unas características determinadas: para no levantar sospechas, los investigados escogían a los difuntos sin familiares -por lo que muchos de ellos eran extranjeros o personas sin hogar-. En el caso que llamó la atención de las autoridades, se trataba de un hombre mayor que, según los documentos que aportaron, había dado su consentimiento para donar su cuerpo a la ciencia. Había fallecido en una residencia en la que estaba ingresado por su deterioro cognitivo y era una víctima fácil de engañar para que firmara la autorización.

Beneficios por los cuerpos desmembrados

Los investigados también habrían sacado tajada de las cremaciones, dado que, por ley, las universidades tienen que incinerar los cuerpos una vez que se hayan terminado los estudios de los que son objeto, un servicio para el que se ofrecía la funeraria. Aprovechaban así las facilidades que les daban las condiciones en las que le eran devueltos los cuerpos, que habían sido diseccionados y desmembrados para las investigaciones. Así, ahorraban dinero y aumentaban el margen de beneficio, puesto que podían introducirlos en los féretros de otros fallecidos y realizar el servicio con una única incineración, pese a que a la universidad le cobraban la cifra que se correspondía con el número de cuerpos a incinerar.

Según las estimaciones de los investigadores, habrían llegado a facturar más de 5.000 euros sólo por 11 cremaciones de cuerpos de una misma institución.

El magistrado ha estimado, por tanto, el recurso de la Fiscalía contra la resolución del tribunal, que ahora queda revocada, que acordó continuar con el procedimiento sólo a los trabajadores, mientras que la causa contra los dueños fue sobreseída. De esta forma, los responsables de la mercantil tendrán que declarar. No cabe recurso contra la decisión adoptada por la Audiencia Provincial, que cita el relato de los implicados sobre la participación de todos en los hechos por los que se les investigan como presuntos autores del delito de estafa y de falsedad documental.