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Vida procedente del espacio: nuevo estudio confirma la teoría de la panspermia

Dentro de las muchas teorías sobre cómo hemos acabado los seres humanos en este mundo junto a otras miles de especies, se encuentra la panspermia, que se basa en la vida procedente del espacio como forma de llegar a la Tierra, hecho que es confirmado por un nuevo estudio.

No obstante, no debemos pensar en esta teoría como creen que pudo ser según los amantes de las conspiraciones, los extraterrestres ancestrales o las ideas de Ridley Scott en sus últimas películas con aliens. La cosa no tuvo nada que ver con inteligencias de otros planetas que usaron la Tierra como laboratorio de pruebas.

Según el grupo de científicos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, encargados de este último estudio, las posibilidades de que la vida llegase a este mundo desde un origen extraterrestre son bastante elevadas.

Para ello, se basan en las premisas de la panspermia, en las que se afirma que los componentes y los organismos químicos que dan pie a la vida fueron capaces de sobrevivir en un larguísimo viaje por el universo hasta llegar a la Tierra.

Vida procedente del espacio: la teoría de la Panspermia

Para llegar a esta conclusión, el equipo investigador se encargó de analizar las múltiples posibilidades de formación de vida en este mundo, llegando al convencimiento de que la teoría de la panspermia es perfectamente válida, ya que se pudo dar un intercambio de componentes básicos para la vida en la Vía Láctea.

Para ello, confirman que la mayor parte de objetos que transitan por el espacio son rocosos o de naturaleza helada. Pero más allá de eso, al ser expulsados de un sistema planetario anfitrión, tienen la capacidad de viajar distancias enormes, de miles de años luz. Así pues, el centro de la propia Vía Láctea pudo ser un poderoso promotor de vida por toda la galaxia.

A dicha hipótesis se llega probando con modelos matemáticos en los que se confirman que las posibilidades de que objetos con componentes biológicos puedan ser expulsados por unos sistemas y atrapados por otros. Y eso, si se toma en cuenta solo la Vía Láctea, implica que puede haber unos 100 millones de estos objetos paseándose de sistema en sistema y llevando vida por doquier.

Si este estudio se confirma, sus implicaciones para nuestro conocimiento del origen de la vida podrían variar y acabar por ser revolucionado, puesto que sí que podemos ser producto de la vida en otros alejados sistemas planetarios, o incluso otras galaxias.