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Cúmulos y galaxias para observar en diciembre: qué ver y cómo encontrarlos

Guía para observar cúmulos y galaxias en diciembre: qué ver, dónde mirar y cómo localizarlos fácilmente.

Lluvia de meteoros Úrsidas 2025

Sistema solar para niños

Lluvias de meteoros diciembre 2025

  • Francisco María
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Diciembre es, sin duda, el mes más interesante del año para la astronomía. Muchos cúmulos y galaxias se pueden apreciar incluso a simple vista en el lugar adecuado. ¿Qué se puede observar y cómo hacerlo? Veamos.

Las estrellas en el espacio

Antes de empezar, siempre conviene que los más pequeños conozcan cómo está organizado nuestro entorno espacial. Esta explicación del sistema solar para niños puede servir como punto de partida para despertar la curiosidad.

Los cúmulos abiertos son grupos de estrellas jóvenes que se formaron juntas. Suelen ser brillantes y fáciles de distinguir. Un ejemplo muy conocido son las Pléyades, visibles a simple vista como un pequeño “montón” de estrellas. Para encontrarlas, basta con localizar la constelación de Tauro durante el otoño e invierno.

Las Pléyades, un racimo mítico

En la constelación de Tauro, justo encima de Orión, se encuentra el cúmulo abierto más conocido del cielo. A simple vista aparece como un pequeño grupo de estrellas; con binoculares se ven decenas de puntos brillantes rodeados por una tenue nebulosidad. Está a solo 444 años luz y es uno de los cúmulos más jóvenes que se pueden observar.

Las Híades y el Cúmulo doble de Perseo

Las Híades forman la cara del toro en Tauro y son el cúmulo abierto más cercano a nuestro planeta (150 años luz). Incluyen la brillante estrella Aldebarán, que no pertenece realmente al cúmulo, pero está en la misma línea de visión. Con binoculares se aprecia una amplia “V” de unas 50 estrellas visibles.

De otro lado, en la constelación de Perseo, entre Casiopea y la W de esta última, se localizan dos cúmulos ricos y compactos separados por apenas medio grado. Desde un lugar oscuro se distinguen a simple vista como dos manchitas; con binoculares constituyen una de las vistas más espectaculares del cielo de invierno.

El pesebre y M41 en el Can mayor

El pesebre está situado en la constelación de Cáncer. Es un cúmulo abierto que se capta a simple vista como una zona nebulosa entre las estrellas Delta (δ) y Gamma (γ) Cancri. Con binoculares se aprecian más de 50 estrellas dispuestas en un área del tamaño de tres lunas llenas. Los antiguos lo comparaban con un pesebre flanqueado por dos asnos (las estrellas Asellus Borealis y Australis).

Entre tanto, a solo 4° al sur de Sirio, la estrella más brillante del cielo, se encuentra el cúmulo M41 en el Can mayor. Es abierto y tiene unas 100 estrellas. Con binoculares se ve como un grupo redondeado con una estrella rojiza en el centro. Está a 2.300 años luz y su edad ronda los 200 millones de años.

La Gran nebulosa de Orión, el Trapecio y Andrómeda

Debajo del cinturón de Orión, en la espada, la Gran nebulosa es visible a simple vista como una estrella difusa. Con binoculares se aprecia una nube luminosa de gas; en su centro hay cuatro estrellas jóvenes que forman el Trapecio. Es uno de los objetos más estudiados del cielo.

Andrómeda, por su parte, es la galaxia espiral más cercana y el objeto más lejano visible sin instrumentos: 2,5 millones de años luz. Desde un sitio oscuro se ve como una mancha ovalada alargada; con binoculares se distingue el núcleo brillante y parte de los brazos. En noches excepcionales se perciben también sus galaxias satélite M32 y M110.

La galaxia del Triángulo y M35 en Géminis

La galaxia del Triángulo forma un trígono evidente con Andrómeda y la estrella Beta (β) Andromedae. Es una espiral, pero su brillo está muy repartido, por lo que requiere cielos muy oscuros para ser observada. Con binoculares se capta una mancha difusa. Los telescopios pequeños permiten delinear levemente los brazos espirales.

El Árbol de Navidad y la observación

En la constelación del Unicornio, entre Orión y el Can mayor, se encuentra este cúmulo. Con un telescopio pequeño adopta la forma de un árbol invertido, con estrellas de distintos colores que recuerdan los adornos navideños.

Las mejores noches para observar todas estas maravillas serán del 1 al 12 y después del 20 de diciembre. Lo adecuado es salir entre las 20:00-21:00. La mayoría de estos objetos están altos en el cielo antes de medianoche.

Empezar a observar

Para orientar a los observadores novatos, es muy útil practicar con objetos brillantes y fenómenos fáciles de identificar. Por ejemplo, una lluvia de meteoros puede servir para familiarizarse con las constelaciones. La Lluvia de meteoros Gemínidas es una de las más impresionantes y ocurre cada diciembre, momento ideal para aprender a localizar la constelación de Géminis.

Los planetas también pueden ayudar a orientarse en el cielo nocturno. Las conjunciones planetarias, cuando dos planetas parecen acercarse entre sí, son brillantes puntos de referencia que facilitan ubicar otras zonas del firmamento.

Además, seguir el movimiento de cometas y asteroides enseña a reconocer el cielo profundo, ya que a menudo se observan en regiones cercanas a cúmulos o galaxias visibles. Esta guía de cometas y asteroides de diciembre explica cómo encontrarlos y puede complementar la búsqueda de objetos más lejanos:

Con paciencia, cada mancha borrosa en el firmamento puede convertirse en una ventana hacia miles de millones de estrellas.

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