Redes sociales

¿Cómo afectan las redes sociales a la divulgación científica?

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Redes sociales y la divulgación científica.
Francisco María
  • Francisco María
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Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos tenido tanta información disponible y accesible a todos. En principio, esto supondría una sociedad más informada y con mayor criterio. Sin embargo, tampoco hay precedentes de una proliferación tan amplia de informaciones falsas. Estas circulan, principalmente, a través de las redes sociales.

Las redes sociales han transformado radicalmente la manera en que la ciencia se comunica y se difunde. Si bien estas plataformas ofrecen oportunidades únicas para la divulgación científica, también han dado lugar a nuevas dificultades, como el acoso a los científicos, la desinformación y la falta de apoyo institucional. El panorama es complejo.

Divulgación científica y redesLas redes sociales

Las redes sociales han conseguido que los científicos compartan sus investigaciones y hallazgos con una audiencia mucho más amplia que aquella a la que tradicionalmente llegaban a través de los espacios académicos. Plataformas como Twitter (ahora X), Instagram y YouTube les han permitido interactuar a los científicos directamente con el público.

Estas plataformas han promovido una mayor democratización del acceso a la información científica. En una palabra, permiten que las personas que están fuera del ámbito académico tengan la posibilidad de participar en debates científicos y accedan a la información sobre los últimos avances científicos y tecnológicos.

Sin embargo, este acceso también ha hecho que personas y grupos de todo tipo divulguen teorías e ideas falsas o tergiversadas, haciéndolas pasar como válidas o verificadas. La desinformación se difunde rápidamente y crea un terreno fértil para los datos erróneos y la manipulación de la ciencia.

Desinformación y polarización

El aumento de la desinformación en las redes sociales se ha convertido en uno de los mayores obstáculos para la divulgación científica. Las plataformas digitales permiten que teorías conspirativas y noticias falsas se difundan sin problema. Esto termina afectando la percepción pública sobre temas científicos de gran importancia.

La pandemia de COVID-19 es un claro ejemplo de cómo la desinformación puede obstaculizar la comunicación científica. Los expertos que promovían la vacunación y las medidas sanitarias fueron atacados por aquellos que estaban difundiendo diversas teorías conspirativas. Esto terminó generando desconfianza hacia la ciencia por parte de algunos sectores sociales.

Este fenómeno contribuyó de manera decisiva a la polarización de los debates científicos por parte del público. En lugar de alimentar un diálogo basado en evidencia, las redes propician la división y radicalización de opiniones y esto dificulta la aceptación de la ciencia. Esto tiene consecuencias más graves cuando los científicos son atacados por sus posturas.

El acoso a los científicosRedes sociales e historia

Uno de los efectos más negativos de esas dinámicas en las redes sociales es el acoso que sufren algunos científicos, especialmente aquellos que abordan temas polémicos o que desafían creencias arraigadas. Según el informe sobre las experiencias del personal investigador en España, más del 50% de los científicos han experimentado algún tipo de ataque tras hablar sobre ciencia en los medios.

Este fenómeno se intensificó durante la pandemia de COVID-19 en España. Científicos como Fernando Valladares y Alberto Nájera fueron blanco de ataques virales debido a sus posturas sobre las vacunas y las medidas sanitarias.

El acoso a los científicos adopta muchas modalidades que van desde comentarios despectivos hasta amenazas de muerte. Como resulta obvio, esos ataques afectan la moral de los científicos, pero al mismo tiempo socavan la confianza del público en la ciencia.

La presencia visible de los científicos en redes sociales los expone a un escrutinio intensivo que puede tener consecuencias psicológicas y profesionales graves. De acuerdo con un estudio realizado por Nature y Science, el 22% de los científicos entrevistados reportaron haber recibido amenazas físicas o de muerte por sus posturas frente al COVID-19 u otros temas polémicos.

Aunque muchas instituciones fomentan la divulgación científica, pocas ofrecen protección real cuando los científicos enfrentan ataques en las redes. Casi la mitad de los investigadores que sufrieron acoso no informaron sobre los incidentes a sus instituciones, lo cual es muy diciente.

Construcción de Comunidades

Las plataformas sociales permiten la creación de comunidades en torno a intereses científicos específicos. Grupos de discusión, hashtags y páginas dedicadas a temas científicos facilitan la formación de redes de apoyo y colaboración entre investigadores, estudiantes y el público interesado.

Desafíos de Credibilidad

La proliferación de información en redes sociales también plantea desafíos en términos de credibilidad. Los usuarios deben desarrollar habilidades de pensamiento crítico para discernir entre fuentes confiables y no confiables. Los científicos y divulgadores tienen la responsabilidad de promover la alfabetización científica y ayudar al público a navegar por este mar de información.

Conclusión

Las redes sociales son una herramienta poderosa para la divulgación científica, ofreciendo oportunidades para llegar a un público más amplio y fomentar la interacción. Sin embargo, también presentan desafíos significativos que deben ser abordados para garantizar que la información científica se comparta de manera efectiva y precisa. La clave estará en encontrar un equilibrio entre la accesibilidad y la veracidad, promoviendo un diálogo constructivo entre la ciencia y la sociedad.

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