Las anécdotas más extrañas de Carl Linnaeus

Carlos Linneo, también conocido como Carl von Linné, fue un eminente científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco que vivió entre 1707 y 1778.

Una de las contribuciones más significativas de Linneo fue el desarrollo del sistema de nomenclatura binomial en 1735. Este sistema simplificó enormemente la identificación y clasificación de los organismos vivos. Sigue siendo la base de la taxonomía moderna.

Origen y evolución

Nacido el 23 de mayo de 1707 en el pequeño pueblo de Råshult, en Suecia, Carl Linnaeus mostró desde temprana edad un gran interés por la naturaleza y la botánica. Estudió medicina en la Universidad de Lund y posteriormente en la Universidad de Uppsala, donde tuvo la oportunidad de trabajar con renombrados científicos de la época. Fue durante su estancia en Uppsala que Linnaeus comenzó a desarrollar su sistema de clasificación de los seres vivos, basado en la organización de las especies en géneros y especies, utilizando un sistema de nomenclatura binomial que todavía se utiliza en la actualidad.

El sistema de clasificación de Linnaeus, conocido como el sistema linneano, fue un avance significativo en la biología, ya que permitía organizar y nombrar a los seres vivos de una manera sistemática y coherente. Gracias a esto, se facilitó la comunicación entre los científicos de diferentes países y se sentaron las bases para la taxonomía moderna. Linnaeus también introdujo la noción de la clasificación natural, que agrupa a los organismos según sus características morfológicas y fisiológicas, en contraposición a la clasificación artificial basada en criterios arbitrarios.

Su obra maestra

Una de las contribuciones más importantes de Linnaeus fue la creación de su obra maestra, «Species Plantarum», publicada en 1753, donde describió y clasificó más de 7,000 especies de plantas según su sistema de nomenclatura binomial. Esta obra sentó las bases para la clasificación de las plantas y se convirtió en un referente indispensable para los botánicos de la época. Posteriormente, Linnaeus publicó «Systema Naturae» en 1735, una obra que amplió su sistema de clasificación a todos los seres vivos conocidos en ese momento, estableciendo las bases para la taxonomía moderna.

Algunas de las muchas anécdotas de su vida

Un padre inspirador

El padre de Carlos Linneo, Nils Ingemarsson Linnaeus, era ministro de la iglesia y, además, un entusiasta botánico aficionado. Desde temprana edad, Nils compartió con su hijo su pasión por la botánica, el latín y la religión.

Nilsse vio en la necesidad de adoptar un apellido permanente, como era común en esa época. Decidió tomar el nombre de un árbol: el tilo. Este era considerado sagrado en diversas culturas indoeuropeas. El padre de Carlos plantó uno de estos árboles frente a su casa, lo que llevó a que el joven Carlos fuera conocido como “el del linn”.

Carlos heredó el amor por el tilo y la botánica de su padre. Quiso dedicar su vida a la clasificación y denominación de todas las formas de vida conocidas en el siglo XVIII. Siguiendo el ejemplo de su padre, decidió cambiar su nombre de Carl Nilsson a Carolus Linnaeus.

Sus profesores pensaban que no era inteligente

Desde sus primeros años, Carlos Linneo mostraba un gran interés por las plantas y las flores. Cuando se sentía preocupado o molesto, bastaba con darle una flor para que se tranquilizara.

Sus maestros consideraban que no destacaba en materias consideradas fundamentales como matemáticas, griego, hebreo y teología. Incluso llegaron a pensar que no estaba preparado para continuar sus estudios en la universidad.

Ante la falta de interés de Linneo por las materias académicas tradicionales y su dedicación al estudio de la botánica, su padre tomó la decisión de llevarlo a aprender el oficio de zapatero. Un profesor sugirió que podría tener éxito en el campo de la medicina y así Linneo pudo hacer una carrera.

El descubrimiento de un bulo

En abril de 1735, Carlos Linneo emprendió un viaje a los Países Bajos junto a Sohlberg, donde obtuvo su doctorado en Medicina en la Universidad de Harderwijk.

Durante su viaje, Linneo y Sohlberg hicieron una parada en Hamburgo, donde tuvieron un encuentro curioso con el alcalde de la ciudad. Este les mostró lo que él creía que era una maravilla natural: los restos embalsamados de una hidra de Lerna de siete cabezas.

Sin embargo, Linneo rápidamente descubrió que se trataba de una falsificación elaborada con partes de diferentes animales. No dudó en hacer públicas sus observaciones y esto arruinó las esperanzas del alcalde de vender la hidra por una gran suma. Así que Linneo y su amigo tuvieron que huir pronto del lugar.

Amor y dolor

Carlos se enamoró de Sara Elisabeth Morea, pero para ganarse el permiso de su suegro y poder casarse con ella, se comprometió a ampliar sus estudios doctorándose en los Países Bajos. Después, decidió ejercer la medicina durante un tiempo, con el objetivo de ahorrar lo suficiente.

Cuando su situación económica mejoró, obtuvo el permiso para casarse. Su esposa dio a luz siete hijos, pero una de sus hijas murió a los quince días de nacer y otro antes de cumplir los 3 años.

Una promesa póstuma

Durante el verano, Linneo se reencontró con un amigo de Upsala, Peter Artedi. Antes de partir de Suecia, Linneo y Artedi habían hecho un pacto: si uno de ellos fallecía, el otro se comprometía a completar su obra.

Trágicamente, 10 semanas después, Artedi murió ahogado en Ámsterdam, dejando inconcluso su trabajo sobre la clasificación de los peces. Como amigo y hombre de palabra, Linneo asumió la responsabilidad de finalizar el manuscrito de Artedi, cumpliendo así su promesa póstuma.

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