Frases célebres de Lise Meitner

Frases célebres de Lise Meitner
Frases célebres de Lise Meitner

Por desgracia, en el mundo de la ciencia, como en casi todas las parcelas de la vida, siempre han sido los hombres los que han obtenido repercusión por encima de las mujeres, aunque estas lograsen grandes méritos y avances. Por eso queremos homenajear a algunas de las más importantes de la historia, como el caso de Lise Meitner.

Esta física nuclear austriaca fue una importante miembro del grupo que descubrió la fisión nuclear e investigó con gran profusión la radiactividad. No obstante, el mérito se lo llevó primordialmente Otto Hahn, su colega, que incluso recibió el Premio Nobel por ello.

Sin duda, hoy día incluso hay un elemento en su honor, el 109, llamado meitnerio, ya que sus aportes y sus hallazgos científicos nunca debieron ser pasados por alto por el comité del Nobel.

Así pues, vaya desde aquí nuestro pequeño homenaje a Lise Meitner, una gran científica cuya voz y hallazgos jamás debieron ser silenciados, pues sin sus investigaciones, nunca hubiéramos avanzado tanto como hasta hoy.

Frases de Lise Meitner

  • La ciencia hace a la gente tratar de luchar desinteresadamente para llegar a la verdad y la objetividad, enseña a la gente a aceptar la realidad, con asombro y admiración, por no mencionar el asombro y alegría que el orden natural de las cosas produce en el verdadero científico
  • Creo que los jóvenes reflexionan sobre cómo les gustaría que se desarrollara su vida, y cuando he hecho esto, siempre he llegado a la conclusión de que la vida no tiene que ser fácil, con tal de que no esté vacía
  • Prefiero caminar desnuda hasta Broadway que verme en una película
  • Yo no he trabajado de ninguna manera en la fisión del átomo con la idea de producir armas mortíferas. No debéis culparnos a los científicos por el uso para la guerra que los técnicos han hecho de nuestros descubrimientos
  • Otto Hahn y Fritz Strassmann fueron capaces de descubrir la fisión nuclear usando una química excepcional, una química fantásticamente buena, que estaba muy por delante de lo que nadie más era capaz en ese momento. Los estadounidenses aprendieron a hacerlo más tarde. Pero en ese momento, en 1938, Hahn y Strassmann eran en realidad los únicos que podían hacerlo, porque eran buenos químicos
  • ¡Yo no tengo nada que ver con una bomba!

Ahora, como ya es habitual, llega el momento de reflexionar ante las sabias palabras de Lise Meitner, una mujer realmente brillante que merece nuestro reconocimiento y admiración.

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