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Cuidados del bebé

Regresión del sueño a los 4 meses: causas y qué podemos hacer

Tu bebé se ha acostumbrado por fin a los patrones de sueño que has establecido. Las primeras semanas en casa con el bebé han sido duras pero ahora ya se ha acostumbrado a los horarios de siestas y sueño por la noche y aunque puede que de vez en cuando se despierte, generalmente sigue un patrón de horas que te permite descansar un poco. Sin embargo, todo puede cambiar radicalmente si de repente nuestro bebé sufre la llamada regresión del sueño que además suele ocurrir cuando se alcanzan los cuatro meses pero ¿por qué sucede esto? ¿cómo lo podemos solucionar?.

¿Qué es la regresión del sueño?

El sueño del bebé es un problema doloroso para algunos, ya que hay bebés que duermen toda la noche y solo se despiertan para comer y otros bebés que casi nunca duermen. Se culpa a los cólicos, a los dientes que salen, al hambre … en fin, son varios los motivos que provocan esa ausencia de sueño en el pequeño.

Sin embargo, hay una fase de crecimiento muy concreta, el cuarto mes, en la que el niño parece tirar por la borda todo el tiempo aprendido hasta el momento.

La regresión del sueño es una fase temporal, después de este corto período, generalmente de unas semanas, el bebé volverá a los hábitos aprendidos hasta ese momento.

Durante el primer año de vida, el bebé pasa por estirones de crecimiento, y durante estos estirones de crecimiento el cerebro del bebé se desarrolla muy rápidamente y por lo tanto provoca una regresión del sueño a los 4 meses.

¿Cómo reconocer una regresión del sueño?

La regresión del cuarto mes es la primera de otras que se pueden producir (por ejemplo a los 7 meses) y, por consiguiente, también la más exigente.

Sin entrar en pánico, veamos cuáles son las señales que te harán entender que tu bebé está entrando en esa fase:

El período en el que ocurre es muy probable que sea alrededor de los cuatro meses, pero podría ocurrir unos días antes o unos días después.

¿Cuándo ocurre la regresión del sueño?

Las causas no son del todo ciertas, pero lo que parece ser un factor dominante es el crecimiento del cerebro y el cuerpo del bebé.

Justo en este período el niño está aprendiendo muchas cosas y su cuerpo hace el llamado «crecimiento acelerado», es decir, crece muy rápido. En este período no es tan raro sorprenderse con las habilidades aprendidas por el niño en pocos días (probablemente un estirón ) y encontrarse renovando prendas que hasta hace poco eran perfectas.

El niño, al final de esta fase, será mucho más sociable con las personas y mucho más abierto al mundo exterior. Adquiere más fuerza física y, en consecuencia, también aprende a moverse, a levantar la cabeza, a darse vuelta y a sostener objetos pequeños en las manos. Puede concentrarse más en los objetos que tiene delante y estudiar mejor a las personas que lo rodean.

En este punto también mejora nuestra capacidad de traducir sus lloros y gestos porque él mismo es capaz de comunicar mejor lo que siente.

¿Cómo hacer frente a la regresión del sueño de 4 meses?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que se trata de una fase pasajera, fisiológica y normal.

Es una buena idea tratar de mantener los rituales y hábitos de sueño tanto como sea posible .

Al observar a tu bebé podrás notar su propensión a dormir en diferentes momentos del día, en esos momentos por lo tanto es más fácil que el bebé se duerma y quizás tome una siesta reparadora . Si notas que tu bebé te está enviando señales de cansancio ( frotándose los ojos o bostezando mucho), aprovecha el momento y trata de hacerlo dormir.

Fomenta las siestas por la tarde; esto lo hará menos nervioso y más propenso a dormir por la noche. La acumulación de nerviosismo durante el día lo estresa y lo vuelve más irritable por la noche.

Cree un ambiente relajante, una iluminación tenue y música relajante lo ayudarán a dejarse llevar más fácilmente.

Por otro lado, algunas de las rutinas que podemos hacer incluyen:

¿Cuándo se detiene la regresión del sueño?

Cada niño es diferente y reacciona diferente en consecuencia, las estadísticas indican que la regresión dura unas pocas semanas. Así que la única clave es aguantar un poco y tratar de alternar para no perder demasiadas horas de sueño. Poco a poco el niño volverá al ritmo habitual.