Preguntas frecuentes de los niños y cómo responderlas

Entre la edad de los 4 y los 10 años, los niños pasan por una etapa o fase en la que se dedican a hacer preguntas de todo tipo. Algunas pueden hacer gracia y otras pueden resultar más complicadas de contestar, pero como padres, debemos entender que esta es una fase formativa y dependiendo del tipo de pregunta, debemos dar una respuesta sincera y bien argumentada de modo que los niños puedan entender lo que les explicamos y también, se puedan ir educando. Veamos ahora algunas de las preguntas frecuentes de los niños y cómo responderlas.

Preguntas frecuentes de los niños y cómo responderlas

A los niños les encanta preguntar el por qué de las cosas, lo hacen con verdadera inocencia y curiosidad. Los padres no siempre saben o quieren contestar, porque se sienten avergonzados con temas íntimos o con conceptos muy complejos incluso para los adultos, de modo que es posible que muchas veces respondan con un «porque sí» o «no lo sé», provocando que el niño sienta entonces más curiosidad.

Es importante escuchar bien la pregunta de los niños e intentar responder siempre con la mayor sinceridad, de modo que puedan entender lo que les explicamos ya que de no hacerlo, es posible entonces que acabemos generando el que el niño o niña tenga más dudas y con ello, que nos acabe haciendo más y más preguntas.

Veamos entonces algunas de las preguntas más frecuentes y algunos consejos para tratar de dar la respuesta correcta (siempre que haya una respuesta correcta).

1. ¿Por qué hay tantos idiomas en el mundo? Puedes decirle a tu pequeño que hace miles de años, personas de diferentes comunidades alrededor del mundo inventaban sus propias palabras para describir sus vidas, razón por la cual hoy las personas de la misma zona tienden a hablar el mismo idioma y otras personas puede que no. Luego, trata de hacer entender a tu hijo que los idiomas se aprenden, que no hay nada extraño y que lo que hoy le parece «normal» probablemente le parezca diferente a los demás. La diversidad es una riqueza.
2. ¿Por qué ese hombre no tiene hogar? Hay muchas explicaciones. En primer lugar, es posible que no tenga tanta suerte como tú, que haya perdido su trabajo, que no le quede dinero, que tenga una enfermedad (como el alcoholismo), que venga de un lugar lejano. No mientas.
3. ¿Por qué a veces los adultos lloran de felicidad? Las emociones se pueden expresar de muchas formas diferentes y es correcto manifestarlas, incluso con lágrimas. No debemos avergonzarnos de mostrar lo que sentimos.
4. ¿Por qué no queremos que otros vean nuestras partes privadas?. Con esas áreas privadas hacemos cosas como ir al baño y por eso las cubrimos. No es agradable compartirlo todo. No mostramos nuestras partes íntimas a nadie más que a mamá y papá o a un adulto de confianza, como un médico. Si alguien trata de tocarlas o os hace sentir incómodos, se debe decir a los padres de inmediato. Los niños pequeños no tienen inhibiciones, así que aprovecha la oportunidad para establecer límites seguros sobre qué partes del cuerpo están fuera del alcance de los extraños.
5. ¿Por qué nos enfermamos? Hay gérmenes, que son criaturas diminutas que entran a nuestro cuerpo, por la nariz y la boca (quizás porque tocas cosas sucias o estás cerca de personas que ya están enfermas) y contraemos infecciones. En la mayoría de los casos, los medicamentos las curan. Trata de no asustarlo haciendo una distinción entre enfermedades comunes y enfermedades más graves.
6. ¿Por qué esa persona es tan gorda (o tan alta o tan bajita)? No calles a tu hijo si siente curiosidad por las diferencias de otras personas y lo pregunta en voz alta en un lugar público. Reprocharlo puede hacer que el sentimiento de intolerancia crezca en su interior, así que podemos responder que todas las personas son diferentes entre sí. Están los altos y los bajos, los delgados y los gordos y por eso todos tienen una apariencia diferente. En cualquier caso, cada uno de ellos puede sentirse ofendido o incómodo y, por ello, no debemos señalar con el dedo a esa persona que es diferente a los demás. Si quieres saber algo es mejor que me preguntes cuando estemos solos, así estamos seguros de no ofender a nadie.
7. ¿Me voy a morir? ¿Y tú? No le mientas a tu hijo ni le digas que es invulnerable e inmortal. Es capaz de aceptar la verdad de modo que es mejor contestarle que la gente, los animales e incluso las flores morirán algún día. Es la ley de la naturaleza. Esto significa que hay espacio en el mundo para todos los que nacen, un día moriremos, pero no ahora. Serás un adulto, como yo ahora, tendrás hijos que crecerán y envejecerán, solo después de que te vayas. Pero vivirás una vida maravillosa, llena de aventuras y nuevos descubrimientos.
8. ¿Por qué tengo que ir a la escuela? Para aprender y para divertirte con tus amigos. Porque así cuando seas mayor sabrás muchas cosas y podrás hacer lo que desees y trabajar donde quieras.