Bebés

Increíble: nace el primer bebé de un útero trasplantado de una donante muerta

Desde luego nos queda claro que la ciencia avanza a pasos agigantados y cada cierto tiempo consigue sorprendernos. Y así, sorprendidos, es como nos encontramos hoy al conocer una noticia que parece increíble. Nos estamos refiriendo a que ha nacido el primer bebé de un útero trasplantado de una donante muerta.

Sí, como lo has leído. A continuación, te damos a conocer todos los datos más relevantes al respecto.

En Brasil es donde ha tenido lugar este caso que es un verdadero hito dentro del ámbito de la ciencia. Más concretamente, ha tomado como escenario el Hospital das Clínicas de Sao Paulo, que es donde un equipo médico ha conseguido tan importante logro que ahora se ha convertido en viral.

Varias son las personas que han pasado a ser noticia por este hecho que, sin lugar a dudas, va a marcar un antes y un después dentro del ámbito del embarazo y la maternidad:

Para poder conocer a fondo este caso que ha saltado a los medios de comunicación de todo el mundo, tras su publicación en la revista médica “The Lancet”, hay que descubrir el punto de partida del mismo. Pues bien, este se encuentra en el año 2016 pues fue cuando esa mujer de 32 años, que sufría infertilidad uterina, se topó con una posibilidad para poder ser madre. Así, se le ofreció la opción de recibir el trasplante del útero de una donante fallecida. Y aceptó.

Trasplante de útero

Así, tras una operación de más de diez horas de duración, se le implantó el útero. Y todo gracias a una intervención realmente complicada en la que los cirujanos tuvieron que conectar ligamentos, arterias, canales vaginales e incluso venas.

Tras el trasplante, quedaba ver cómo reaccionaba el cuerpo de la mujer y el resultado no pudo ser mejor. De esta manera, a los siete meses después su organismo había aceptado plenamente el útero, no había muestra de rechazo, y había llegado incluso a tener la menstruación.

Dadas esas circunstancias el equipo médico del Hospital das Clínicas de Sao Paulo quiso dar un paso más. Por eso, procedió a la implantación en la mujer de los óvulos fecundados, que habían sido previamente congelados por ella y después fertilizados. A los diez días siguientes supo que se encontraba en estado y así fue como comenzó el embarazo, que ha transcurrido de forma absolutamente normal.

El resultado fue el nacimiento de la bebé, en la semana 35 de gestación mediante una cesárea. Pesó, como hemos mencionado, 2,55 kilos y se encontraba en perfecto estado. Es más, tanto la pequeña como su mamá recibieron el alta tres días después de que aquella viniera al mundo. Así, se marcharon a casa y comenzaron una vida juntas como la de cualquier madre e hija. En este caso, eso sí, gracias en gran medida al avance de la ciencia.

Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto otros aspectos significativos referentes a ese logro: