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Cuidados del bebé

Guía para abandonar el uso del cochecito del bebé

A pesar de que el carrito o cochecito del bebé es algo que nos viene muy bien para que nos sea más cómodo salir con el pequeño, lo cierto es que las recomendaciones de la mayoría de los pediatras en este sentido son claras e inequívocas: a partir de los 3-4 años el cochecito debe abandonarse definitivamente . El uso prolongado del cochecito más allá de esa edad, de hecho, predispone al niño a comportamientos sedentarios y, a menudo, se asocia con un mayor riesgo de obesidad en la edad adulta. Descubramos a continuación, una pequeña guía para abandonar el uso del cochecito del bebé de manera definitiva.

Dejar de usar el cochecito del bebé

A medida que el bebé crece, una de las primeras dudas que tienen los padres. especialmente aquellos que son primerizos, es el momento en el que es bueno que el bebé comience a acostumbrarse a caminar y no a ir siempre en el carrito. Dependerá mucho de cada bebé, pero generalmente se recomienda que a partir de los 3 años el bebé ya no debe usar tanto el carrito. De hecho se suele decir a los padres y madres que es mejor que comiencen a llevar al niño al colegio sin usar el carrito. De este modo, iniciará la etapa infantil acostumbrado a caminar y podremos llevarlo al colegio caminando (o usando el transporte público) sin la necesidad de tener que ir también con el carrito.

De hecho, a partir de los 2 años, los niños pueden empezar a caminar solos una cierta distancia.

Por debajo de este umbral, aunque hay niños que ya muestran ganas de caminar de forma independiente, la silla de paseo es un apoyo fundamental para cualquier salida ya que la motricidad aún está en fase de desarrollo y el niño tiende a cansarse rápidamente tras los tramos cortos de carretera.

Apuesta por un abandono progresivo

Por ello, a partir de los 2 años, aunque el cochecito del bebé sigue siendo el principal medio de transporte, sobre todo en el caso de los paseos largos, el niño puede empezar a acostumbrarse a recorrer tramos cada vez más largos, permitiéndole sentarse en la silla de paseo cuando esté cansado.
Por ejemplo, se le puede ofrecer caminar de la casa a la escuela. La caminata al parque… Y así hasta que la distancia recorrida aumente.

A medida que el niño gane confianza y se acostumbre a caminar, el cochecito se puede dejar en casa hasta convertirse en una herramienta completamente inútil que se puede desechar.

¿ Y si el niño no quiere caminar?

Muchos padres prolongan el uso del cochecito más allá del tiempo debido porque los niños tienden a no querer caminar largas distancias, se aburren y piden que los recojan.

Por supuesto, es impensable que con  3/4 años un niño camine kilómetros y kilómetros (aunque, si se acostumbra, muchos pueden realmente sorprender a todos con su resistencia). Por eso, en caso de largos paseos, el consejo más que utilizar el apoyo de la silla de paseo, es equiparse con un medio alternativo: perfecto, en estos casos, el patinete o, eventualmente, la bicicleta que se puede utilizar siempre que se prevea tener que estar mucho tiempo, con varios kilómetros de camino por recorrer.

Eso sí, no acostumbres al niño a ir en brazos cuando se canse de andar. Si lo haces, acabará por pedirte que siempre lo lleves de este modo para tener que evitar dar pasos. Una buena idea en este sentido puede ser ir hablando con el niño mientras caminamos, o mostrarle cosas que sorprendan en la calle, o explicarles una historia de modo que se concentre en lo que le decimos y apenas se de cuenta de que está caminando.