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Qué es la escarlatina y cómo afecta a los niños

Típica de la infancia, la escarlatina es una enfermedad infecciosa exantemática, que se caracteriza por la aparición de exantema (erupción cutánea formada por manchas rojas), que afecta principalmente a niños de 3 a 10 años. Los médicos recomiendan que la persona afectada permanece en aislamiento desde el inicio de la enfermedad hasta 24 horas después del inicio del tratamiento, que se basa en antibióticos. En realidad, la enfermedad es contagiosa uno o dos días antes del inicio de los síntomas y permanecería así durante todo el curso de la enfermedad si no se administraran antibióticos. Descubramos más sobre esta enfermedad y cómo afecta a los niños.

Escarlatina en los niños

La salud es una de las cosas que más preocupa a los padres con respecto a sus hijos. Por eso, en pro de ayudar a esos adultos a que conozcan cuáles son las enfermedades que pueden sufrir más frecuentemente sus pequeños, nos gusta realizar artículos como este. En el que tienes ahora delante lo que vamos a hacer es descubrir qué es la escarlatina en niños, qué síntomas presenta o cuál es el tratamiento.

De esta forma, si tu pequeño llega a padecerla, sabrás cómo actuar.

¿Qué es la escarlatina?

Aunque es cierto que ya cada vez es menos habitual que los niños la padezcan, hay que conocer que se trata de una enfermedad que está causada por una bacteria, el conocido como estreptococo beta-hemolítico del grupo A.

De la misma podemos decir también que se contagia a través de los mocos, de la saliva e incluso a través de los estornudos y la tos. Todo eso sin pasar por alto que lo habitual es que afecte a niños de entre 4 y 8 años de edad. Y tampoco podemos olvidar que la escarlatina también puede ser transmitida por portadores sanos (personas que no presentan síntomas de la enfermedad).

A diferencia de otras infecciones, la inmunidad a la escarlatina, debido a la producción de anticuerpos que determina la aparición de esta enfermedad en el organismo, no es total, por lo que puede ocurrir, aunque muy raramente, que la escarlatina se repita más de una vez a lo largo de la infancia.

¿Cómo reconocer la escarlatina?

Los primeros signos de escarlatina aparecen de repente, después de una incubación bastante corta de unos tres días.

El niño tiene fiebre alta (hasta 39,5 °C medidos en la parte inferior), escalofríos, dolor de garganta intenso (que suele ser muy rojo), dolor de cabeza y amígdalas agrandadas que suelen aparecer salpicadas de manchas blancas. La erupción típica de la enfermedad aparece después de unas 12-48 horas y consiste en pequeñas manchas formadas por puntos rojos del tamaño de la cabeza de un alfiler, bien separadas entre sí y apenas detectadas al tacto: la piel es rugosa, como papel de lija. Los puntos se aclaran cuando se presionan.

Síntomas de la escarlatina en niños

Varias son las señales que vienen a indicar que un pequeño sufre escarlatina, siendo estas las más importantes:

Proceso de desarrollo de la enfermedad

En varias fases se desarrolla la enfermedad que nos ocupa que, por regla general, no se presenta con ninguna gravedad:

Tratamiento para la escarlatina en niños

A la hora de poder superar esta enfermedad, lo que hay que hacer es llevar el niño al médico. Este lo que hará será prescribirle un tratamiento basado en antibióticos e incluso en antitérmicos si fuese necesario. De la misma manera, el pediatra indicará que será necesario que el menor tome mucho líquido, tanto agua como zumos naturales.

Las posibles complicaciones

Los medicamentos, además de tratar la fase aguda de la escarlatina, tienen como objetivo prevenir sus complicaciones, que sin embargo son raras. En concreto, puede tratarse de otitis , neumonía o reumatismo articular agudo (fiebre reumática), una enfermedad que afecta a las articulaciones de manos y pies y requiere hospitalización.

Sin embargo, si la escarlatina se trata correctamente con antibióticos específicos para el Streptococcus betahemolítico del grupo A, la posibilidad de tales complicaciones no existe.

¿Se puede prevenir con la vacunación?

No existe una vacuna contra la escarlatina, por lo que la única forma de prevenir la enfermedad es evitar situaciones de riesgo de contagio, como el contacto cercano con un paciente, y observar las normas básicas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia.

Consejos para padres

Es bueno mantener al niño en la cama, en reposo. Los síntomas de la escarlatina son, en efecto, bastante intensos y, sobre todo en los primeros días de la enfermedad, el pequeño puede parecer particularmente agotado.
Es necesario hidratar al niño al máximo, ofreciéndole a menudo de beber y proponiéndole una dieta a base de alimentos líquidos con caldos, sopa de verduras y zumos de frutas.

Otros datos de interés

Además de todo lo indicado hasta el momento se hace necesario conocer otra serie de aspectos importantes con respecto a la escarlatina tales como estos: