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8 consejos para dar el pecho a tu bebé cuando hace calor

El calor puede afectar a la lactancia. Veamos cómo lidiar con las altas temperaturas para asegurarnos de que el bebé recibe su alimentación.

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La lactancia materna cuando las temperaturas suben y hace calor puede ser algo complicada. Debido al sofocante calor tanto tú como tu bebé os podéis sentir más inquietos y agitados de modo que darle el pecho a tu pequeño puede ser algo así como una odisea. A esto se le suma además el que dudes de si tal vez le estás dando mucha o poca leche.  Por este motivo queremos daros algunos consejos útiles para aseguraros de que tanto tú como tu bebé os sintáis frescos y cómodos bajo el sol del verano. Descubre ahora, 8 consejos para dar el pecho a tu bebé cuando hace calor.

Consejos para dar el pecho cuando hace calor

Toma nota de los siguientes tips, que pueden ayudarte a lidiar mejor con el calor cuando tengas que alimentar a tu bebé.

No te estreses por tu leche (tienes suficiente)

Aunque pienses que la leche materna se va a ver afectada por el calor, lo cierto es que esta se «adapta» para que no falte nunca.  Cuando tienes calor, circula más sangre hacia tus senos. De hecho, las glándulas mamarias en su seno actúan un poco como las glándulas sudoríparas y esta sangre adicional hace que produzcan más leche con un mayor contenido de agua.

Por este motivo, el bebé no necesita agua «extra» aunque puede que notes que te pide más tomas. Debes ofrecerle el pecho si notas que está inquieto y desea comer aunque no sea la hora en la que en teoría debe hacerlo.

No olvides tu propia hidratación

Durante el verano es importante hidratarse, pero si eres además madre lactante mucho más dado que el bebé puede dejarte algo deshidratada. De hecho será bueno que bebas un vaso de agua antes de darle el pecho a tu bebé y que procures beber algo más de los dos litros de media que se recomiendan.

No olvides alimentar al bebé aunque viajes

Ya sea para irte de vacaciones o para volver. Si lo haces en coche y el viaje es largo, debes hacer una parada o varias para procurar que el pequeño toma su leche. Puede que al viajar el bebé duerma de lo que lo hace en casa, por lo que deberás parar cuando le toca tomar el pecho y asegurarte que recibe su toma. Por tu bien también será bueno parar cada dos horas.

Revisa el pañal de tu bebé

Si quieres saber si el bebé está recibiendo suficiente leche debes vigilar sus pañales . Debe haber al menos cinco pañales mojados en 24 horas. Por otro lado, fíjate porque los bebés amamantados suelen hacer heces bastante líquidas.

No olvides estar atenta a cualquier signo de deshidratación, como orina de color oscuro o heces duras, la lactancia frecuente revertirá los efectos de la deshidratación leve. Sin embargo, si tu bebé se niega a alimentarse o no parece estar bien, consulta a un médico.

Refresca los senos

Con una toalla suave que esté mojada puedes refrescar la piel de los senos antes de darle el pecho al bebé. De este modo, podrás hacer que la piel este algo más fresca y que el bebé se sienta más cómodo cuando lo pongas a comer. Un remedio que te puede servir en caso de que notes que hace mucha calor y que el bebé no está a gusto cuando lo tumbas o lo coges para darle el pecho.

Usa muselinas

Otro remedio es usar muselinas o un pañuelo que sea fino y suave para colocarlo entre tú y el bebé cuando lo alimentes. De este modo, el bebé sólo estará en contacto con el pecho y quizás no note tanto el calor de tu cuerpo.

Lleva agua congelada en la bolsa cambiador

De este modo esa muselina que usas para alimentar al bebé se mantendrá fría y tú tendrás agua fresca para cuando te apetezca beber un poco.

Utiliza la posición «balón de rubgy»

Trate de amamantar en la posición que se conoce como «balón» o «pelota de rugby» y que consiste en ponerte al bebé en el brazo como si fuera un balón de rugby. De este modo, el pequeño notará mucho menos tu calor corporal.