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Cómo hablar de sexo con los niños

La educación sexual no debe posponerse más adelante en la vida: debe comenzar a hablar con los niños a partir de los 2 años. ¿Cómo? Por ejemplo, nombrando correctamente las partes privadas de él y ella.

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Hablar de sexo con los niños es muy importante y no debería ser una vergüenza. Según los expertos, es recomendable difundir de inmediato los principios relacionados con la sexualidad, para no crear falsos mitos o  para que los niños no crezcan con dudas al respecto.

Cómo hablar de sexo con los niños

Si tienes hijos puede que en algún momento surja la duda de cuándo y cómo hablar de sexo con los niños, pero este no debe ser nunca un tema tabú para nuestros hijos. De hecho sería mejor comenzar nombrando correctamente los órganos primero y difundir las discusiones sobre el sexo a medida que el niño crezca, en lugar de esperar a que sea más mayor y «abrir la caja de Pandora» de una sola vez.

Para educar eficazmente a los niños en el campo de la sexualidad y ponerlos en confianza para que luego se atrevan a pedir consejo a sus padres, lo mejor sería hablar de sexualidad desde los dos años. Posponer estas conversaciones a los 8 o 9 o incluso a 13 o 16 puede ser algo forzado y confuso.

Evidentemente, no se trata de evocar a bocajarro las relaciones sexuales y otros aspectos de la sexualidad, tema reservado a adolescentes y adultos, sino empezar, por ejemplo, por nombrar correctamente las partes íntimas. Usa términos como vagina y pene cuando son pequeños, ya que esto facilita mucho las cosas. Y los niños ya pensarán que pueden hablar con mamá y papá de todo. Si se le da la naturalidad que tiene, no habrán preguntas indiscretas y mucho menos, dudas por parte del niño.

Si los padres se sienten incómodos con estos asuntos, el niño también puede sentirse incómodo. Reconociendo que no existe una edad real para hablar de esto o aquello en materia de sexualidad, se aconseja a los padres seguir la evolución de lo que el niño va aprendiendo (en la escuela con sus compañeros por ejemplo) y a qué se expone a medida que crece.

Tampoco debemos forzar el tema pero teniendo niños pequeños seguro que en algún momento surgirá la típica pregunta de «¿Por qué yo tengo pene y las niñas no? o también como no, la de «¿De dónde vienen los niños?». No tenemos porque inventar historias, recurrir a cuentos de «abejas» o decir que los niños vienen de París, porque en definitiva los niños necesitan respuestas adecuadas incluso siendo pequeños.

Por ello, es mejor darle naturalidad, responder de manera sincera y en el caso de que hagan preguntas que consideremos que no son propias para su edad, es mejor contestarles que más adelante cuando puedan entenderlo bien, obtendrán su respuesta.