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Aceite de oliva virgen extra y su importancia en la lactancia y el destete

Las cualidades nutracéuticas del aceite de oliva virgen extra permiten que se utilice como delicioso condimento en nuestra dieta mediterránea. Los beneficios de este tipo de oliva son muchos y en momentos particulares de la vida pueden ser muy útiles, si no fundamentales. Este es el caso de la fase de lactancia y destete, en la que la madre y el bebé necesitan las sustancias adecuadas para permitir el correcto equilibrio y desarrollo neurofísico.

Aceite de oliva virgen extra en la lactancia y el destete

Muchas madres primerizas utilizan los productos más variados y caros para asegurar todos los nutrientes que su bebé necesita. En ocasiones en cambio, no es necesario mirar demasiado lejos. El aceite de oliva, utilizado en las cantidades adecuadas, es un producto excepcional que aporta a la madre y al bebé las sustancias que necesitan.

Evidentemente, para ofrecer estos beneficios debemos elegir estrictamente el aceite de oliva virgen extra. A diferencia de los aceites de semillas y el aceite de oliva, el AOVE se obtiene exclusivamente del prensado de las aceitunas únicamente mediante procedimientos mecánicos. Esto significa que durante todo el proceso de producción, el aceite nunca entra en contacto con disolventes químicos u otras sustancias artificiales. La extracción en frío, el origen del cultivo orgánico y la producción enteramente española son otras garantías de un producto genuino y saludable.

Todo ello lo convierte en un elemento fundamental en la delicada fase del posparto y en un auténtico elixir de bienestar.

¿Los beneficios durante la lactancia?

En la fase de lactancia, el aceite de oliva virgen extra es fundamental porque aporta a la mujer y al bebé esos nutrientes (omega 3, vitaminas A, D, E, K) que fortalecen y previenen el riesgo de hemorragias internas en la madre y favorecen un buen desarrollo muscular y nervioso del niño. Con sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antivirales y antibacterianas, el aceite de oliva virgen extra ayuda a proteger el correcto desarrollo cardiovascular.

Estos numerosos beneficios los aporta un compuesto fenólico rico en aceite de oliva virgen extra, el oleocantal. Numerosos estudios, a lo largo de los años, han demostrado que este compuesto fenólico tiene propiedades antiinflamatorias, realizando una acción muy similar a la del ibuprofeno, y antioxidante, ayudando a prevenir tumores, enfermedades neurodegenerativas y enfermedades degenerativas de las articulaciones.

¿Los beneficios durante el destete?

Durante la fase de destete posterior, el aceite AOVE puede ser aún más útil porque es la grasa más parecida a la de la leche materna. El aceite es una fuente importante de omega 3 y puede ser esencial integrarlo en la dieta de su hijo antes de que comience a comer pescado. De esta forma se favorecerá la mielinización, es decir, la maduración del sistema nervioso central para permitir que la información se transmita de forma rápida y eficaz.

Añadir un poco de aceite de oliva virgen extra en las primeras comidas también puede ayudar al bebé a superar esta delicada fase en la que podría experimentar trastornos intestinales y dificultades digestivas.

Por tanto, la lactancia y el destete representan fases muy delicadas en la vida de la madre y el bebé. Tienes que cuidar tu cuerpo para permitir un reajuste perfecto pero no solo. Cuidar tu cuerpo, a través de una alimentación correcta y equilibrada, también influye en el correcto crecimiento del niño. Como está demostrado, el aceite de oliva virgen extra es un elixir natural que ofrece numerosos beneficios a ambos. Unas 2 cucharadas al día son suficientes para la madre y dos cucharaditas para el bebé en fase de destete. De esta forma podrás asegurarte todos los nutrientes necesarios para vivir estos meses de la forma más tranquila posible.