Tartamudez infantil. Todo lo que necesitas saber

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Paciencia y tratamiento adecuado ante la tartamudez

Que los hijos empiecen a caminar o a hablar cuando y como corresponde preocupa mucho a los padres. Tanto es así que no dejan de estar pendientes de cómo evolucionan en pro de poder tomar medidas cuanto antes si ven que algo no es normal. Y precisamente por eso se sienten inquietos cuando observan que su hijo sufre tartamudez infantil.

En pro de poderte ayudar si consideras que tu pequeño puede padecerla, te vamos a dar a conocer todas las claves que necesitas conocer al respecto. Toma nota:

Diferenciar tartamudez de disfluencia

Lo primero que hay que saber es que, bajo ningún concepto debe confundirse lo que es disfluencia con tartamudez. La primera viene a ser parte normal del desarrollo del lenguaje y, por tanto, en la mayoría de las ocasiones suele ser algo temporal que desaparece.

Entre el año y medio y hasta los 6 o 7 años de edad puede suceder la misma en cualquier niño. En concreto, hasta los 3 años lo que suele ocurrir es que el menor repite sonidos, palabras y sílabas fundamentalmente al principio de las frases.

Después de esos tres años, lo que acontecerá es que el menor proceda a repetir palabras o frases completas, incluso puede llevar a cabo la utilización frecuente de “muletillas”.

Cuando están cansados o cuando se encuentran muy activos es cuando pueden mostrar esa disfluencia. Esta se diferencia de los primeros compases de la tartamudez porque esas repeticiones citadas se producen, en el segundo caso, con mucha más frecuencia y de forma más palpable.

Tipos de tartamudez

De la misma manera, es importante conocer la existencia de que existen varios tipos de tartamudez:

  • Leve. Esta es la que supone un paso más allá de la disfluencia, en tanto en cuanto las repeticiones se producen de forma más habitual, en situaciones muy similares y eso trae consigo que el pequeño empiece a preocuparse. Sí, que comience a tener vergüenza por su forma de hablar en ocasiones.
  • Grave. Este otro tipo de tartamudez puede surgir entre los 18 meses y los 7 años de edad. Hasta tal punto llegan las repeticiones constantes del menor que este cabe la posibilidad de que incluso evite hablar para que así nadie se dé cuenta de su problema. Se identifica también porque el menor alarga mucho los sonidos e incluso porque puede realizar acciones al mismo tiempo, como una manera de intentar hacer “fuerza” para no tartamudear. Es decir, puede cerrar los ojos e incluso adoptar ciertas posiciones con la boca.

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Ciertas muecas son también habituales

Síntomas

En los apartados anteriores ya hemos venido a establecer algunos de los síntomas que van asociados a la tartamudez. No obstante, no está mal recordarlos. Nos estamos refiriendo a repetir sonidos, palabras o sílabas; a realizar sacudidas con la cabeza al hablar, al acometer ciertas muecas e incluso a no querer hablar.

Tratamiento

Cuando los padres sospechen que su hijo puede sufrir tartamudez es importante que no duden en llevarle al médico. Y es que este trastorno del habla se debe tratar de la manera más prematura posible para así poder adoptar las medidas necesarias para reducirlo a la mínima expresión.

En el caso de que se le diagnostique una tartamudez, hay que saber que se consigue superar la misma en el 80 % de los casos con ayuda de un logopeda. Este desarrollará una terapia en la que se trabajarán aspectos tales como técnicas de relajación, mejora de la autoestima e incluso técnicas de modificación conductual.

De la misma manera, hay que tener en cuenta que en cuanto al tratamiento existe una alternativa que ha conseguido un importante peso en los últimos años a nivel internacional. Nos estamos refiriendo a lo que se ha dado en llamar método Lidcombe, que está especialmente dirigido a pequeños de entre 2 y 6 años de edad. Se desarrolla mediante el juego y necesita de la total implicación de los padres para ayudar a sus hijos a trabajar en la línea adecuada.

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El apoyo de los padres es esencial

Consejos para las familias

Además de todo lo expuesto, es necesario que las familias que tengan un niño con tartamudez lleven a cabo las siguientes recomendaciones:

  • No hay que meterle prisa al menor en ningún momento ni tampoco hablar por él.
  • Hay que evitar reírse o hacer broma de la situación porque eso puede menoscabar su autoestima.
  • Es importante tener paciencia y dejar que el pequeño esté a gusto y tome su tiempo para que pueda expresarse.
  • Los padres deben consultar y apostar por la ayuda de logopedas y profesionales expertos. Deben pensar en sus hijos.

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