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Son Ferragut: de barrio fantasma de Palma a urbanización exprés con 500 viviendas y 1.700 vecinos

En apenas cinco años se ha edificado un nuevo barrio en la capital balear con polideportivo y colegio

La urbanización de estos terrenos estuvo casi dos décadas paralizada por la crisis del ladrillo

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Son Ferragut: de barrio fantasma de Palma a urbanización exprés con 500 viviendas y 1.700 vecinos. Se trata del resurgir de estos terrenos situados entre el Amanecer y Son Oliva, que hace apenas cinco años eran un erial maldito, atrapado por la crisis financiera y la quiebra del mercado inmobiliario.

El panorama de estos solares urbanos, ubicados entre la Vía de Cintura y la vía del tren de Sóller, era más que sombrío hace dos décadas, con un proyecto de urbanización aprobado en 2002 y que con el crack de Zapatero en 2009 se fue al traste.

La crisis del ladrillo postergó la urbanización de las viviendas que Ibercon tenía allí proyectadas y el solar empezó a dar tumbos por las diferentes versiones bancarias que tuvieron las fusiones de Sa Nostra, hasta acabar en manos del denominado banco malo: la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).

Las propuestas municipales para ejecutar en este espacio tampoco tuvieron suerte: el Obispado desistió de edificar allí la iglesia prevista y devolvió el terreno municipal cedido al Ayuntamiento de Palma.

El centro de transeúntes que la ex alcaldesa del PP Catalina Cirer quiso ubicar en este lugar se fue al barrio del Molinar y, por si fuera poco, la compensación económica recibida por el Consistorio por la ejecución de este centro social por el promotor de Son Ferragut (2,8 millones) fue anulada por los tribunales y el Consistorio tuvo que devolver lo recaudado.

De 2002 a 2018 nada se supo de Son Ferragut hasta que, finalmente, en la primera Junta de Gobierno del mes de noviembre de ese año, el Ayuntamiento de Palma daba el visto bueno a la recepción de las obras de la urbanización.

Desde entonces y en un tiempo récord de apenas un lustro, la capital balear ha visto cómo se ha edificado un nuevo barrio en las 11 hectáreas que ocupa Son Ferragut, donde 31.000 metros cuadrados se destinan a nuevas viviendas. A fecha de hoy, ya están edificadas gran parte de las 500 allí previstas, en una zona para unifamiliares y otra para plurifamiliares, en este caso, con un máximo de planta baja y cuatro alturas.

El vecindario será como máximo de 1.646 personas y las plantas bajas podrán destinarse a locales comerciales de los que aún no hay constancia. El resto del solar, 79.000 metros cuadrados, se divide en diferentes parcelas que pueden albergan diferentes equipamientos, caso del nuevo colegio que se está construyendo con capacidad para más de 675 alumnos.

Un centro escolar en un solar de una hectárea en la antigua fábrica de la Femu, que limita con la calle Salvador Allende, calle Àngel Guimerà, calle de Son Ferragut y calle del Olivo, y por el oeste con otra parcela todavía sin edificar, donde ha previsto, un centro de preescolar.

Pabellón deportivo

A ello hay que sumar el único equipamiento municipal existente y que fue el primer edificio que se construyó en este nuevo barrio: el pequeño pabellón deportivo. Inaugurado por el anterior gobierno de izquierdas en mayo de 2019, dos semanas antes de las elecciones municipales, esta infraestructura deportiva, ubicada en la calle Joan Bonet, tiene un aforo de 444 personas y dispone de siete vestuarios, un almacén, baños masculinos y femeninos y un vestíbulo.

Con una superficie construida de poco más de dos mil metros cuadrados distribuidos en una pista deportiva y en un área de accesos en la que se incluye la zona de vestuarios, el pabellón tampoco fue ajeno a la polémica.

Se inauguró un año después de su construcción por evidentes razones electorales y en las elecciones generales del 23 de julio del año pasado, el PSOE llevó allí el mitin de Pedro  Sánchez en Palma, quintuplicando el aforo máximo permitido con más de 2.000 asistentes.