Piden 17 años de cárcel para la mujer que mató a su tía de 91 años en Sineu y la metió en una maleta
La acusada, de 51 años, atravesaba una grave depresión y sufría problemas con el alcohol
La Fiscalía la acusa de homicidio agravado y apuntan a que actuó bajo un brote mental
El Ministerio Fiscal solicita 17 años de prisión para Antònia Salamanca Garau, la mujer que en abril de 2024 asesinó a su tía de 91 años en una vivienda de Sineu (Mallorca) y ocultó su cadáver dentro de una maleta. Tras el crimen, la acusada trató de simular una muerte accidental y urdió un plan para engañar a los servicios médicos y a la Policía Nacional. Desde su detención, permanece en prisión provisional. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de Palma con jurado popular.
Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal al que ha tenido acceso OKBALEARES, el domingo 14 de abril de 2024, Antònia Salamanca se encontraba con su tía Cati, una anciana de 91 años con deterioro cognitivo y dependencia total. A las tres de la tarde, en el salón de su vivienda de Sineu, la mujer la golpeó de forma indiscriminada, causándole múltiples heridas y la fractura de los huesos de la nariz. La anciana cayó al suelo y su sobrina se sentó sobre ella ejerciendo presión con las rodillas sobre el pecho, lo que le provocó varias fracturas costales. Acto seguido, con intención de acabar con su vida, le clavó un cuchillo en el tórax, provocándole la muerte inmediata.
Tras el crimen, la acusada intentó borrar cualquier rastro. Limpió el suelo y los muebles, introdujo el cuerpo en una maleta de viaje roja y lo trasladó hasta su domicilio en Palma. Desde allí llamó al 061 para pedir un certificado de defunción, alegando que su tía había muerto de forma natural, pero no consiguió su propósito. Horas después, envolvió el cadáver en toallas y lo dejó en el garaje del edificio. Cuando llegó la Policía Nacional, Antònia aseguró que había encontrado a su tía muerta en el rellano con un golpe en la cabeza. Sin embargo, las incoherencias y las pruebas forenses la delataron, y fue detenida por los agentes del Grupo de Homicidios.
Antònia Salamanca no atravesaba su mejor momento. A sus 51 años había perdido a sus padres, a quienes cuidó hasta el final, y se había quedado sin trabajo. Además, sufría una profunda depresión y problemas con el alcohol. El día del crimen, según los informes forenses, había consumido grandes cantidades de vino, lo que alteró su comportamiento. Los peritos psiquiátricos han determinado que la acusada presentaba patologías mentales graves y que «no sabía lo que hacía» en el momento de los hechos.
Una de las claves del caso es la extraña llamada que realizó al 112 tras el crimen. En la conversación, Antònia solicitaba un certificado de defunción para un familiar ya enterrado en «una carretera de un pueblo de la Serra que a la difunta le gustaba mucho». Una llamada que, según los expertos, refleja un estado de confusión y alteración mental severa.
La víctima estaba gravemente enferma y sufría fuertes dolores crónicos. Su sobrina le administraba fentanilo, un potente analgésico que ha provocado una crisis sanitaria en Estados Unidos por su uso indebido. Pese al deterioro, la anciana tenía momentos de lucidez en los que el dolor se hacía insoportable. Aquella tarde de abril, según la investigación, todo se desbordó: la anciana se cayó del sofá, vomitó por los efectos de la medicación y no dejaba de quejarse. Antònia, bajo los efectos del alcohol y la desesperación, enloqueció y acabó con su vida. Después trató de introducir el cuerpo en la maleta, forzándolo con tal violencia que, según el informe forense, llegó a fracturarle la columna vertebral.
Tras su detención y puesta a disposición judicial, el juez de guardia ordenó su ingreso en prisión preventiva. En estos momentos, Antònia permanece ingresada en el centro penitenciario de Palma. La asesina confesa ha sido sometida a varias pruebas psiquiátricas que han determinado una serie de patologías que apuntan a que la acusada «no sabía lo que hacía». Es más, el día de los hechos la mujer había consumido grandes cantidades de alcohol y la ingesta alteró su comportamiento.
Su abogado, Eduardo Luna, ha conseguido alcanzar un pacto con la Fiscalía y rebajar sustancialmente la pena solicitada inicialmente. Cabe destacar que en un primer lugar se estaba barajando la posibilidad de solicitar la prisión permanente revisable. Sin duda alguna, se trata de un gran éxito judicial del prestigioso letrado de la defensa.
El caso de Antònia Salamanca Garau ha conmocionado a Mallorca por la crueldad de los hechos y el desequilibrio mental de la acusada. La Fiscalía pide 17 años de prisión, mientras la defensa intentará acreditar una atenuante por trastorno mental y consumo de alcohol. El juicio, que se celebrará en los próximos meses, será seguido de cerca por la opinión pública, como historia de una mujer rota, una anciana indefensa y un crimen que estremeció a toda la isla.
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