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Los payeses de Baleares cobran el kilo de naranjas a 0,19 euros cuando los comercios la venden a 2,05 euros

El precio que pagan los consumidores por algunos productos es cuatro veces superior al que cobran los agricultores

Los payeses de Baleares cobran el kilo de naranjas a 0,19 euros cuando los comercios la venden a 2,05 euros. El precio final que se pagó por algunos alimentos en Baleares en junio de 2024 cuadruplicaba el abonado a los payeses, según ha indicado en rueda de prensa el portavoz de la Coordinador de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Jaume Bernis. Una de las diferencias más acusadas en el mes de junio fue relativa a la naranja, con una diferencia del 979% entre origen y destino.

Bernis ha asegurado que «queda en evidencia el abuso de poder por parte de las grandes plataformas» por encarecer el precio final en comparación con lo que se le paga a los payeses de Baleares. En concreto, ha detallado que, según el índice de precios, la diferencia entre origen y destino se establece en una media del 4,29%, siendo en el sector agrícola del 4,64% y en el ganadero del 2,95%.

Este índice de precios, una herramienta surgida en 2008, se ha utilizado tanto para la confección de la ley de la Cadena Alimentaria como a nivel europeo, ha resaltado Bernis. «Estamos cansados de padecer este abuso de poder que todavía existe», ha indicado, aunque ha admitido que la diferencia del índice se ha reducido en los últimos años gracias a las denuncias que se han hecho desde los colectivos agrarios.

En el caso de los payeses de Baleares, el portavoz de Unió de Pagesos, Joan Miquel Ferragut, ha advertido que los alimentos tienen un sobrecoste de producción «del 30%» que afectan, principalmente, a los cítricos y a las hortícolas. «Solo hacer en barco el traslado de fertilizantes o semillas hace que suba ese 30%, que no repercute en el precio final», ha dicho.

Otras diferencias notables son con respecto al limón, con un 845%; también, la nectarina, con el 407%; la cebolla y el ajo, con 585% y 502% de diferencia, respectivamente; o el repollo, la lechuga y la zanahoria, que se estima en un 461%, 400% y 466% cada una de ellas. Por contrapartida, la diferencia más baja es la del aceite de oliva virgen extra, que en junio alcanzó una diferencia del 38%.

Al respecto, Ferragut ha explicado que la problemática con las naranjas o los limones está relacionada con la importación de mercancías desde terceros países que «no cumplen» con las exigencias de la Unión Europea y tienen unos costes de producción más baratos. A pesar de intentar mantener un margen de beneficio, ha admitido que «no es rentable» la venta para los payeses.

En esta línea, el portavoz de COAG ha indicado que los mercados municipales en los que no hay intermediarios son vías para comprar «más barato» y con un precio más proporcional a los costes de producción. Además, ha manifestado que para mejorar esta situación se debe «cumplir con la ley» y, también, «ser valientes» a la hora de señalar la mala praxis de las empresas, añadiendo que «cada año se multiplican las denuncias» que gestiona la patronal.