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Mallorca-Alavés: ganar por obligación

No vale apoyarse en las sensaciones cuando son buenas e ignorarlas si son malas. De las impresiones causadas en el Santiago Bernabéu se extrajeron conclusiones precipitadas y desde aquel partido la imagen del Mallorca ha caído hasta no admitir comparación con ni siquiera el peor de sus competidores debido a la baja intensidad que muestra sobre el terreno de juego.

En vísperas de recibir en Son Moix al Alavés, un hueso, cabe la reflexión sugerida por un ex ejecutivo del club cuya identidad no se me permite desvelar: «si el dinero destinado a las cerchas, los cristales del túnel de vestuarios, el equipamiento de bares, gimnasios, eventos o la soberana tontería del club de negocios se hubiera invertido en reforzar y renovar de verdad la plantilla, los resultados deportivos no serían los actuales».

Puede que Arrasate lo piense o no, pero nunca lo dirá. Cuando no te preguntan nada, las respuestas también suelen resultar vacías. Kumbulla y Mascarell baja por lesión, Virgili en el Mundial sub 20, Dani Rodríguez en la grada perpetua. Alfonso Díaz , el CEO, ya se encarga de propagar todo cuanto sale de su departamento, sirva o no para algo, como si su triunfo personal, más que dudoso, interesara más que el del equipo. Pablo Ortells, el director de fútbol, calla y otorga.

Al frente del «Glorioso», Eduardo Coudet, el entrenador argentino, ha confeccionado un conjunto sólido y grupal, difícil de batir. Reparte a partes iguales victorias, empates y derrotas, un equilibrio que mantiene como visitante así como entre goles a favor y en contra, 2 y 2 en sus salidas. Un gran portero, Sivera, dos laterales jóvenes, Johny y Diarra, y la maniobra de convertir a uno de ellos, Tenaglia, en central. Antonio Blanco es su medio de cierre, duro; Aleñá pone las ideas ahora ayudado por Denis Suárez, su última incorporación con la de Lucas Boyé, el goleador procedente de Elche y Granada. Dos futbolistas muy peligrosos en ataque, Carlos Vicente por su rapidez en banda y Guridi a través de sus movimientos entre líneas.

El cántabro Adrián Cordero Vega, de 41 años, ascendió a primera división en al final de la campaña 2017-18 y se mantuvo en ella desde la 2019-20 hasta la 2022-23 en que fue descendido, pero le redimieron tras dos años en el desierto y ahora se encuentra en su segunda temporada consecutiva en la categoría perdida. Muy estricto en disciplina y riguroso en las áreas. Sin embargo de criterio irregular. Ya estuvo en Palma, Mallorca, 1- Osasuna, 1 y el Alavés solo le vió en Vallecas, Rayo 1- Alavés, 0.